domingo, 8 de marzo de 2015

No olvides a José Gabriel

Mi nombre es Fernando y mi padre se llamaba José Gabriel, he tenido una vida dura y por lo que entiendo será muy breve. Sé que encuentro en la muerte mi liberación, pero como quisiera que mi gente sea libre pero no la libertad que trae la muerte. Quiero lo que quería mi padre libertad para mi gente.

Mi cuerpo tiene casi 27 años pero aparento muchísimos más, comencé a morir el día que murieron mis padres, lo recuerdo como si fuera ayer, estábamos en la plaza del Cuzco, ciudad que antes era el ombligo del mundo ahora invadida por los españoles. El delito de mi padre fue querer ser libre y culpan a mi padre de los mismo que hacían sus antepasados al querer liberarse de los  celtas, los fenicios, cartaginenses, griegos, romanos, ingleses y demás tribus que la han invadido España.

Mi padre quería liberar a su pueblo, librarlos del abuso que cometían con mi pueblo, nos tratan como ganado, ¿no se dan cuenta que somos humanos como ellos?, nunca antes en estas tierras se vio lo que a él le hicieron.

Aun lo recuerdo como si fuera ayer, mi madre y mi hermano Hipólito murieron a patadas, mi madre no duro mucho, las patadas de los españoles la rompieron por dentro , vi cuando vomito sangre y luego quedo tendida en el suelo, mi hermano ya era un hombre y soporto más los golpes pero finalmente murió.

MI padre y yo fuimos obligados a ver todo esto, el rostro de mi padre no hizo mueca alguna pero sabía que se sentía como yo en ese momento luego fue atado a 4 caballos para romper su cuerpo, pero la fuerza de mi padre resistió la fuerza de esos caballos flacos y maltratados. El soldado que me tenía prisionero me obligaba a tener los ojos abiertos y a mirar sin pestañear.

El brazo se zafó de su sitio con un sonido horrible pero aun así se mantuvo pegado al cuerpo de mi padre. El espectáculo era horrible así que cambiaron de estrategia, dos hombres sujetaron a mi padre y delante mío cortaron su cabeza. Vi los ojos de desesperación de mi padre y sin embargo no hizo ningún gesto de dolor, solo cuando su cabeza cayó al suelo lejos de su cuerpo pude llorar.

Dentro mío se gestó un grito ensordecedor que salió por mi boca, todo el dolor y la cólera explotaron en mí, llenando de horror a los presentes, grite como nunca antes lo había hecho, las madres que observaban el asesinato de mi padre lloraban extendiendo los brazos al Dios Inti para hacernos justicia, pero los dioses son así, ignoran nuestro dolor.

Trozaron el cuerpo de mi padre como se troza a una vaca y repartieron sus restos por toda la región, como una muestra de lo que le sucede a todo aquel que se oponga al dominio español, pero se equivoca quien quiere apagar el fuego soplándolo solamente lo aviva más.

Sé que mis ojos no verán la libertad, pero los ecos de mi grito aun retumba en la plaza de armas de Cusco, esto es solo el comienzo, Yo soy el hijo de José Gabriel Condorcanqui a quien sus paisanos llamaban Tupac Amaru, sé que vienen tiempos difíciles, solo quiero libertad, sé que la muerte me libera mi cuerpo de estas ataduras.


Estoy leyendo la cuarta espada, sobre un revolucionario HDP que causo más daño al país que muchas invasiones pasadas, y en dos líneas recordé la gesta que comenzó José Gabriel Condorcanqui que finalmente terminaría con nuestra independencia muchísimos años después. Imagine lo horrible que debió ser para él y su hijo presenciar la ejecución de sus seres queridos, un método que usaba el HDP de Abimael Guzmán para lograr sus objetivos , desafortundamente la imagen de Tupac Amaru se asocia a un grupo terrorista por eso en mi relato he evitado usar su nombre hasta el final. Antes igual que ahora esperamos un día de liberación!

16 comentarios:

  1. Buen relato de épica, necesario para encender los ánimos y unir voluntades para fines propios ante adversarios comunes; pero, como todo relato épico, la leyenda desplaza a la verdad histórica; independientemente que la historia la hagan los vencedores.

    Ayer hablábamos del Estado Islámico, siguen ESE patrón. Hasta el siglo XVIII, con los Decretos de Nueva Planta, que empezaron a hablar de Las Españas, éramos una Confederación de reinos y territorios unidos en la figura del monarca; la conquista, no la hicieron los españoles, que no "existían", sino los castellanos, que la sufragaron. En ese sentido, el que escribe el relato, "para arrimar el ascua a su sardina", era tan español como lo fueron los españoles cuando lo fueron.

    No conocía la historia de Tupac Amaru y su fin según, un método de ejecución de la época:

    http://es.wikipedia.org/wiki/Desmembramiento

    pero veo que ya habían asumido que no se adquirían las facultades del adversario vencido al COMERSE sus restos; en eso habían perdido sus orígenes también.

    Ahora; vuelven a hacerse esas aberraciones caníbales:

    http://www.periodistadigital.com/america/sociedad/2015/03/06/el-ei-le-da-de-comer-a-una-anciana-madre-carne-de-su-hijo-descuartizado.shtml

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  2. No hay cosa más cruel que obligar a la familia a ver cómo ejecutan a uno de sus miembros, sobre todo si la muerte es un suplicio. Hay que ser un canalla.
    Un saludo.

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  3. Intenso relato. A veces los hombres somos excesivamente crueles...O quizás siempre

    Saludos Gary

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    1. es curioso porque los incas aplicaban toruras igual de horribles a sus subditos. Por eso cuando llegaron los españoles encontraron facilmente aliados entre los enemigos del Inca

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  4. Cuanta crueldad. Nunca vi a Túpac Amaru como a un terrorista, su causa era la más justa. Abimael solo buscaba poder.

    Qué libro estás leyendo? Pásame el dato :)

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    1. Si, lo de Condorcanqui fue de esas empresas que marcan un antes y ahora

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  5. En estos tiempos las cosas son más fáciles, un drone persigue y aniquila a quién se oponga a sus apetitos imperiales; si otros son aniquilados, solo son daños colaterales.

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  6. Muy buen relato, bastante real la manera en la que logras narrar el dolor y padecimiento del hijo de Tupac!.
    Saludotes!!!

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  7. Cari listo el post pedido y otro más espero te guste y lo compartas.

    Sobre la historia del Perú, pues yo creo que Cortés y Pizarro que además de ser primos eran unos cabrones sin escrúpulos, me recuerda a nuestro Cuahutémoc.

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    1. si , lo leí!! muchas muchas muchas gracias!!
      eres lo máximo!

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  8. Me gustó Garys, es cierto lo de José Gabriel, su valentía fue usada como disfraz para la violencia injustificada de un grupo terrorista, pero nosotros sabemos el verdadero valor de su nombre. Un abrazote Garys grandote :3

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han hecho catarsis