domingo, 8 de mayo de 2022

Al Volante no se puede

Extraño muchas cosas de Lima, me sorprende extrañar es el caos vehicular, el transporte público.

En Lima usaba el transporte publico para ir a trabajar, pero si iba a reuniones o a encontrarme con las amistades prefería usar siempre un taxi. Que es menos estresante en la caótica Lima. Soy de esas personas que no sabe nada de autos, nunca me interesaron y la idea de manejar nunca me paso por la cabeza, menos aun manejar en Lima.

Ir en transporte publico me permitía leer en el viaje, antes podía leer 1 libro por mes gracias al caos vehicular que me tenia prisionero dentro del bus o taxi por 30 a 40 min. Yo feliz leyendo mientras todos renegaban por lo lento que iba el bus.


Manejar nunca me llamo la atención, la idea de tener un brevete no me quitaba el sueño, cuando mis primos se compraron sus respectivos carros me di cuenta que prefería los taxis a manejar, aunque claro un taxi no lo vas a encontrar cuando quieras donde quieras.

Cuando me mude, la historia cambio. Aun no me gusta manejar y he aprendido algunas cosas sobre el mantenimiento de los carros, pero mi nivel es mínimo. Aun no he aprendido a cambiar una llanta, el servicio es tan barato que prefiero que lo haga alguien que sabe.

Extraño los cláxones limeños, esa forma tan salvaje de comunicarse, me irritaba escuchar a cada rato ese sonido taladrante e innecesario, recuerdo (y puedo jurarlo sobre una biblia si es necesario) que escuche un claxon que sonaba como si fuera un buque de vapor, un sonido hiriente que te asustaba así estuvieras a una cuadra. Ayer escuche un claxon luego de muchísimo tiempo, me sobresalto, era una señal de peligro que advertía a todos los demás a estar atentos, no como en Lima que lo escuchas a cada momento.



Extraño los vendedores ambulantes que subían ofreciendo de todo, desde no asaltarte a cambio de una limosna o las galletas GN de coco (mis favoritas), aguja e hilo, maní o habitas tostadas jajajajajaja ya hasta lo había olvidado. A veces podías subir a un bus que era una discoteca ambulante, lleno de lucecitas y con música a altísimo volumen. El cobrador te recibía con las manos asquerosas, el cabello como con brillantina, pero era que no lo lavaba desde hacía varios días

Tulsa es una ciudad pequeña, organizadita y relativamente limpia, las lluvias salvajes y aire huracanados ayudan a tener las calles limpias jejejeje La gente es buena manejando, hay accidentes de vez en cuando. Pero jamás veras a alguien a alguien que maneje su carro como si fuera de ORION (una empresa de transporte publico que tiene el récord de victimas y accidentes en Lima).



Y aun así extraño el caos vehicular de Lima, sus ruidos innecesarios y el hecho de poder leer mientras me iba de un sitio a otro, mientras manejo no puedo leer, hubo un tiempo que escuchaba audiolibros, pero ya escuche todos los que me interesaban y mis viajes son de 15 o 20 minutos que no es tiempo suficiente para disfrutar un libro. Ahora leo mas lento. Acabo de darme cuenta que no extraño el caos vehicular, extraño aprovechar el tiempo leyendo. Me organizare.