Era un sueño raro, para empezar porque lo recuerdo. Lima no se veía como esta ahora, parecia haber retrocedido en el tiempo, no había edificios, las calles eran empedradas, el aire se respiraba limpio y frió. Sin embargo tu estabas como siempre, tu cabello negro y reluciente , tus ojos grandes y brillantes con esa mirada que ilumina lo que ve.
Te vi a lo lejos y te reconocí en el acto, la forma de tu cuerpo, tu perfil, había algo que me atraía hacia ti. Me adelante llamándote a viva voz, pero parecía que mi voz no emitía sonido alguno, te llamaba pensando que no me habías escuchado, sabia que era imposible en ese sendero estábamos solos tu yo, Lima parecía abandonada, no había gente, ni carros, ni animales, todo era gris y solitario.
Tu falta de reacción me molesto y me adelante a ti, me puse en tu camino para obligarte a verme. Y pude verte directamente y fue ahí cuando lo note. Yo no estaba contigo. Estaba a tu lado gritando tu nombre sin embargo yo no estaba ahí. Yo era una sombra de mi mismo, te llame desesperadamente, te llame por ayuda, pero tu no escuchabas nada. Yo retrocedía en la misma dirección que tu tomabas, tratando de mantener un breve distancia entre tu yo. Me obligue a mirarte y note que caminabas despacio, como si la gravedad de la tierra te impidiera dar un paso, note tu rostro gemir en silencio, cada paso tuyo parecía ser un soberano esfuerzo.
Caíste sobre tus rodillas gotas de sudor resbalaban por tu mejilla, ¿o eran lágrimas? Tu sufrimiento me dolía, te vi respirar hondo como apartando el dolor y juntando fuerzas, hiciste un esfuerzo, lo note en la mueca de tu rostro. Cuando te habías reincorporado note el tercer detalle.
A cada paso que dabas envejecías, vi como en breves segundos, el negro de tu cabello, se teñía de gris , como la luz de tus ojos se apagaban, lunares invadían tus manos jóvenes. Recuerdo tus manos pequeñas y suaves pero firmes. Mire esa mano gordita y pequeña, esa mano que con tanto amor sostenía con la mía. Los nudillos se hacían mas pronunciados, los dedos perdían su forma juvenil.
Pude ver tu sufrimiento y la impotencia de no poder hacer me atravesó el corazón, tus pies descalzos se arrastraban por las piedras, dejando un sendero de rojo que se perdía en el horizonte mudo testigo de todo lo que habías caminado. Era tu propio cuerpo el que te impedía avanzar, era una batalla entre tu cuerpo y tu voluntad. Tu voluntad que era mas fuerte obligaba a tu cuerpo maltrecho a avanzar, luchabas contra cada músculo y vencías a cada paso.
¿Vencías? cada paso te acercaba a la muerte. Empecé a gritarte, gritaba tu nombre, te gritaba el mio, gritaba que te detengas, pero mi voz no producía sonido. Caminaba alrededor tuyo mientras gritaba nuestros nombres. Me detuve por un momento porque me pareció que me escuchaste, tus ojos miraban en mi dirección, abriste la boca, pero solo un suspiro rompió el silencio alrededor nuestro. Eso era mas de lo que podía soportar caí sobre mis rodillas, podía sentir mis lágrimas recorrer mi mejilla. Me interpuse en tu camino, estire mis brazos para sostenerte, pero tu cuerpo atravesó el mio sin sustancia.
La pena, la cólera, la soledad, se metieron a mi cuerpo y ya no había espacio para mi alma. Mis manos apoyadas en el piso se mojaron con tu sangre, vi las palmas de mis manos y lo note, pude sentir el calor de tu sangre, me levante rápidamente, mi cuerpo sin alma era mas ligero y parecía flotar, tu ya habías avanzado unos cuantos pasos,pero te alcance rápidamente.
Esos pocos pasos habían sido suficiente para transformarte completamente. Estabas irreconocible, pero no para mi, Yo aun podía ver el brillo de tus ojos, Te decía que tenias los Ojos de Bambi, ¿te acuerdas? Ya no me importaba, iría contigo a donde fueses. Quise aliviarte del dolor de tu cuerpo, puse mi brazo alrededor tuyo para sostenerte, pero tu seguías sin notar mi presencia. Me acerque a ti y como en un susurro te dije Te quiero, algo mágico y terrible ocurrió.
Te detuviste, pudiste escucharme, giraste tu cabeza hacia mi y parecía que me veías, luchabas por reconocer formas en el aire, pero mi cuerpo no estaba ahí. Tus labios se abrieron y escuche tu voz débil, como agonizando. Yo también me respondiste y en ese momento te desvaneciste como se desvanece el humo en el aire. Desperté bañado en sudor, con la garganta seca y adolorida. Te gritaba mientras dormía.
Te vi a lo lejos y te reconocí en el acto, la forma de tu cuerpo, tu perfil, había algo que me atraía hacia ti. Me adelante llamándote a viva voz, pero parecía que mi voz no emitía sonido alguno, te llamaba pensando que no me habías escuchado, sabia que era imposible en ese sendero estábamos solos tu yo, Lima parecía abandonada, no había gente, ni carros, ni animales, todo era gris y solitario.
Tu falta de reacción me molesto y me adelante a ti, me puse en tu camino para obligarte a verme. Y pude verte directamente y fue ahí cuando lo note. Yo no estaba contigo. Estaba a tu lado gritando tu nombre sin embargo yo no estaba ahí. Yo era una sombra de mi mismo, te llame desesperadamente, te llame por ayuda, pero tu no escuchabas nada. Yo retrocedía en la misma dirección que tu tomabas, tratando de mantener un breve distancia entre tu yo. Me obligue a mirarte y note que caminabas despacio, como si la gravedad de la tierra te impidiera dar un paso, note tu rostro gemir en silencio, cada paso tuyo parecía ser un soberano esfuerzo.
Caíste sobre tus rodillas gotas de sudor resbalaban por tu mejilla, ¿o eran lágrimas? Tu sufrimiento me dolía, te vi respirar hondo como apartando el dolor y juntando fuerzas, hiciste un esfuerzo, lo note en la mueca de tu rostro. Cuando te habías reincorporado note el tercer detalle.
A cada paso que dabas envejecías, vi como en breves segundos, el negro de tu cabello, se teñía de gris , como la luz de tus ojos se apagaban, lunares invadían tus manos jóvenes. Recuerdo tus manos pequeñas y suaves pero firmes. Mire esa mano gordita y pequeña, esa mano que con tanto amor sostenía con la mía. Los nudillos se hacían mas pronunciados, los dedos perdían su forma juvenil.
Pude ver tu sufrimiento y la impotencia de no poder hacer me atravesó el corazón, tus pies descalzos se arrastraban por las piedras, dejando un sendero de rojo que se perdía en el horizonte mudo testigo de todo lo que habías caminado. Era tu propio cuerpo el que te impedía avanzar, era una batalla entre tu cuerpo y tu voluntad. Tu voluntad que era mas fuerte obligaba a tu cuerpo maltrecho a avanzar, luchabas contra cada músculo y vencías a cada paso.
¿Vencías? cada paso te acercaba a la muerte. Empecé a gritarte, gritaba tu nombre, te gritaba el mio, gritaba que te detengas, pero mi voz no producía sonido. Caminaba alrededor tuyo mientras gritaba nuestros nombres. Me detuve por un momento porque me pareció que me escuchaste, tus ojos miraban en mi dirección, abriste la boca, pero solo un suspiro rompió el silencio alrededor nuestro. Eso era mas de lo que podía soportar caí sobre mis rodillas, podía sentir mis lágrimas recorrer mi mejilla. Me interpuse en tu camino, estire mis brazos para sostenerte, pero tu cuerpo atravesó el mio sin sustancia.
La pena, la cólera, la soledad, se metieron a mi cuerpo y ya no había espacio para mi alma. Mis manos apoyadas en el piso se mojaron con tu sangre, vi las palmas de mis manos y lo note, pude sentir el calor de tu sangre, me levante rápidamente, mi cuerpo sin alma era mas ligero y parecía flotar, tu ya habías avanzado unos cuantos pasos,pero te alcance rápidamente.
Esos pocos pasos habían sido suficiente para transformarte completamente. Estabas irreconocible, pero no para mi, Yo aun podía ver el brillo de tus ojos, Te decía que tenias los Ojos de Bambi, ¿te acuerdas? Ya no me importaba, iría contigo a donde fueses. Quise aliviarte del dolor de tu cuerpo, puse mi brazo alrededor tuyo para sostenerte, pero tu seguías sin notar mi presencia. Me acerque a ti y como en un susurro te dije Te quiero, algo mágico y terrible ocurrió.
Te detuviste, pudiste escucharme, giraste tu cabeza hacia mi y parecía que me veías, luchabas por reconocer formas en el aire, pero mi cuerpo no estaba ahí. Tus labios se abrieron y escuche tu voz débil, como agonizando. Yo también me respondiste y en ese momento te desvaneciste como se desvanece el humo en el aire. Desperté bañado en sudor, con la garganta seca y adolorida. Te gritaba mientras dormía.
Bueno, un relato muy inquietante y onírico, ya sabes lo que opino de los sueños, pero parece claro que en este la desolación y la angustia de los protas solo parece redimida por el amor.
ResponderEliminarLo que me tienes que explicar que es eso de la etiqueta de "Hoy me repito" y que forma parte del título tb.? Quieres decir que este post es vintage y ya lo habías puesto o que en realidad en el sueño te estabas viendo a ti mismo... ?
Bezos
Umm, me gusto mucho el relato.. mira que a mi me da por interpretar estas cosas y al final no se si saco las conclusiones acertadas... dicen que los sueños representan un subconsciente dormido, y quizas sea eso lo que pasa... a lo mejor hay alguien que no tiene la capacidad de escucharte, que no hace caso a tus llamadas, y cuando lo haga será ya demasiado tarde... aunque tambíén se me ocurren muchas más cosas.... sería un buen relato para describir el Alzehimer.... es como si la persona que va perdiendose no se diera cuenta de la gente que tiene a su alrededor hasta que ya es muy tarde.... y al final, reconoce a la persona que está a su lado...
ResponderEliminarbueno, no se, quizas sea demasiado imaginar... no?
Un besito cielo
me gustó este relato... super!
ResponderEliminarThiago: Si, la etiqueta me repito a mi mismo, esta es una publicacion antigua, estuve revisando mi blog recordando algunas cosas mias y me gusto tanto que la volvi a publicar, por eso me repito en la etiqueta.
ResponderEliminarFue un sueño que tuve cuando me cortaron y trapearon el piso con mi corazoncito.
Alex: jejejej Alzheimer jejeje si podria aplicarse tambien, pero fue un sueño mio, mis sueños son rarisimos y encima recurrentes.
JAvier: Gracias Javier!
Pues esa sensación de no poder hacer cuando uno sueña debe tener relación con el temor en el mundo real... se me acaba de ocurrir.
ResponderEliminarA los tiempos, bro.
saluos!
Que relato mas inquietante. No sé si será un sueño o simplemente literatura. Las interpretaciones que se me ocurren son tantas. En cualquier caso, lo que no cabe duda es que deja un regusto extraño y algo triste.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo.
siempre tengo q copiar tu texto y ponerlo a audio porq no puedo leerlo.
ResponderEliminarlas letras son muy chiquitas y el negro en ese fondo rojo oscuro no ayuda nada, ahora no tengo mis audifonos y estoy en la biblioteca, asi q luego "escucho" tu blog
Es cierto, habías publicado esto pero sabes algo Gary, es muy bueno, y se puede leer y releer como un buen libro amigo que lees durante toda tu vida. Besos y abrazos muchos
ResponderEliminarMe pareciera que hablas de tu madre. Hablas de las manos y de que alguien te dijo Te quiero, eso lo interpreto como si tu madre se estuviera muriendo o algo así.
ResponderEliminarMe pareció bueno el relato.
Besos Gary.