Gabriel tiene 19 años nació en Iquitos y tomo prestado su nombre porque quiero contar algo de el.
Gabriel como todos los jóvenes de su edad tiene una vida acelerada, pobre de el que nació en una época donde la gente (literalmente) se muere por vivir.
El estaba loco por salir de la provincia donde su madre lo parió así que decidió enrolarse en el ejército, la vida del cuartel le ofrecía cosas que no podía ofrecerle Iquitos. Si alguien ha leido Pantaleon y las visitadoras sabra hacia donde me dirijo. Para quien no la leyo me arriesgo con un resumen muy breve!
El ejército con el propósito de “aliviar” a sus tropas contrataba las prestaciones de visitadoras, esto ocurría en los 60 y ocurre ahora. Fue así como Gabriel fue condenado a una muerte prematura.
Gabriel es un joven provinciano que aunque simula ser avispado no lo es pues la malicia se adquiere con los años y mucha practica. Gabriel es el séptimo hijo de una familia muy pobre.
Su deterioro puede hacerse lento con el uso de medicamentos especializados.
Cuando Yo lo visito, el me saluda con ese acento tan particular que tienen las personas de Iquitos, la música en su voz me alegra mucho, me recuerda a mi mismo a su edad, me recuerda también a mis primos menores tan llenos de vida y sin preocupaciones. Su hospitalización se produjo hace cinco meses porque se detecto la presencia de un bacilo de la tuberculosis multirresistente en sus últimos exámenes.
Los tres últimos meses su condición empeoro, su piel más cobriza que la mía parecía gris y el color canela y dorado que tenía había desaparecido casi por completo, sus dientes blancos se ven grises ahora. Yo conversaba con el muy seguido, porque algo que no había cambiado en el es su buen animo y su curiosidad aunque su cuerpo no le responde como antes, se agita luego de dar unos cuantos pasos. Su deterioro era inexplicable, nadie sabia como es que no deteníamos la invasión del virus.
El sábado lo visite después de casi tres semanas y lo que encontré fue un muñeco de piel y huesos, su mirada perdida me hizo notar que el final estaba cerca.
Hoy me llamaron para decirme que Gabriel había muerto y que entre sus pertenencias encontraron una bolsa inmensa llena de medicamentos. Uno de los soldados que comparte la sala de hospitalización le comento a la enfermera que Gabriel tenia la intención de vender sus retrovirales para ganar dinero cuando se recupere y enviarle a su madre el dinero que tanta falta le hacia.
Me pidieron que ayude a clasificar nuevamente los medicamentos que Gabriel no tomo para atender a los demás pacientes con HIV, siento una pena inmensa mientras escribo esto, Gabriel en el peor de sus estados pensaba en su madre.
¿No esta el amor mas cerca de la pobreza?
Jo, me pusiste un nudo en la garganta. Me produce tanta pena cuando alguien con toda su inocencia sufre estas cosas que el estomago se me revuelve de la rabia interna y la indignación que siento. Me duele mucho pensar en ese pobre muchacho y en su madre. Que injusta que es la vida. Y que luego exista tanto cabron suelto.
ResponderEliminarUn besito cielo
Vaya historia. Le deja a uno compungido ante realidades como esta. Cuantas tragedias se darán por el mundo, a diario, sin que nosotros sepamos que ocurre, atontados en nuestras historias. A pesar de la tristeza, se demuestra una vez más la dignidad humana, invencible, suprema.
ResponderEliminarjoder, que tremenda historia, cari, me ha puesto literalmente los pelos de punta, eh... Que terrible historia, que desgracia y que sacrificio tan equivocado.
ResponderEliminarBezos.
Me has dejado de piedra con esta historia,es tremendo hasta dónde puede llegar el amor por una madre..tremendo!
ResponderEliminarBesos
me dejaste sorprendido... el amor de la madre siempre llega lejos, super lejos!
ResponderEliminarputa que fuerte weon, me a dejado lelo, pobre chico, aun si pensando en su madre cuando el mismo estaba muy mal
ResponderEliminarGary, cari, muchas gracias por tus palabras de aliento.. Bezos.
ResponderEliminar