Mi carta a Papa Noel

Hoy he hecho acopio de lo poco que me queda de inocencia para escribir a ese ser ficticio, se que no es real, pero como ejercicio literario es muy bueno! (y de pasadita hago mi catarsis que para eso esta este blog!)

Querido Papa Noel
Yo como adulto me niego a dirigirte la palabra, pero mi niño interior grita porque le hagas caso.

Yo como adulto no he olvidado aun que la bicicleta y el supernintendo no me los trajiste tu sino mis viejos. Pero mi niño interior me dice que fuiste tu quien les dio la idea.

Mi Yo Adulto me dice que estas fiestas se han degenerado tanto que es muy difícil ver el verdadero sentido de la navidad envuelto en tanto papel de regalo y celofán. Pero mi niño interno me grita que debo ser bueno si quiero recibir mi regalo.

Mi Yo adulto ha sido golpeado tantas veces que ha aprendido a desconfiar de muchas cosas, sin embargo mi niño interior me susurra que todos merecemos una segunda oportunidad, aunque yo siempre le digo a los dos que nunca una tercera oportunidad.

Mi yo Adulto te escribe para pedirte cosas intangibles como la paz, el amor y la salud para todos los que quiero, mientras mi niño interno escribe con letra bonita los juguetes que se le antojan.

Mientras te escribo esto, ambos se ponen a jugar, veo como mi Yo adulto levanta mi niño interior y se lo coloca en los hombros, veo a mi niño interior riendo con esa risa que yo sentía olvidada, esa risa que tienen los niños, esa risa que contagia, me es difícil creer que sus ojos son en realidad los mios y que su risa es la mía. No se cuando aprendí a fingir mi risa, ni a reírme de lo que no me da risa. Veo a mi Yo adulto leer la carta, le escucho decir Te faltan algunos acentos! Pero tu letra ha mejorado muchisimo!! , dice mi Yo adulto con un rostro de satisfaccion Tu que le vas a pedir? Le responde mi niño interior, Con todo lo que le pides tu, no creo que le alcance espacio para lo que quiero, responde con ese tono sarcastico que a veces todo el mundo me critica Puedes borrar lo que quieras de mi lista. Ese gesto tan noble nos coge a nosotros dos por sorpresa.

Vengan los dos! - Les digo – que quiero terminar esta carta pronto.

Mi niño interior se baja como un mono de los hombros sujeta a mi Yo adulto de la mano y lo jala en dirección a mi mesa. Los tres juntos analizamos la carta que te escribo y luego de pensarlo bien decidimos pedirte solo una cosa...