La Demanda de Clarita

¿Quién tiene la fuerza para combatir su destino? ¡Solo Dios con su infinito poder y gloria! Alabado sea, gritaba voz en cuello mientras gotas de sudor resbalaban por su frente.

Los asistentes eran de diversos estratos culturales, las diferencias eran evidentes, estaban las más humildes y quizás las menos informadas, ellas estaban adelante con sus manos al cielo clamando, llorando, desmayándose para luego levantarse y volver a desmayarse.

Las de “alcurnia” usaban un velo tejido primorosamente de una blancura llamativa que contrastaba muy bien con sus intenciones, ellas miraban a los costados mientras sostenían su pañuelo perfumado y blanco cerca de la nariz.

Ahí estaban todos mezclados en comunión, mientras el pastor clamaba sus luchas con el maligno y como el poder de dios lo había ayudado a derrotar a la serpiente vil, Deben tener cuidado grito mientras señalo a una mujer que se sorprendió al ser señalada, el mal tiene muchas caras, el maligno nos acecha para arrastrarnos al infierno sus palabras impactaron a su audiencia, algunas mujeres se limitaban a asentir y otras lloraban más estruendosamente.

De entre la multitud se levantó una manito, agitando sus deditos quería llamar la atención como hacía en el colegio para llamar la atención de su profesor. Pero entre gritos y llantos era difícil ubicarla hasta que finalmente el pastor la diviso.

El pastor que en realidad era un lobo disfrazado llamo la atención de todos, los mando a callar He aquí una niña dijo mientras la señalaba Solo el que tenga el corazón de un niño podrá entrar al reino de Dios grito, los asistentes se limitaron a asentir mientras miraban a la niña con genuina curiosidad.

Clara que así se llamaba cogió el micro entre sus manitos y pregunto con la honestidad e inocencia que tienen los niños.

Yo solo quería preguntar señor, Si dios es tan poderoso como dice Ud. ¿Por qué no nos habla directamente a todos nosotros? ¿Por qué lo hace a través de Ud.?

El eco retumbo en toda la nave de la iglesia y en las mentes de todos los asistentes y por fin hubo silencio. La niña miro a los ojos del pastor y espero pacientemente por la respuesta.

Esto esta basado en las primeras lineas de un libro que me gusta, siempre pienso en la divina Clara, clarisima clarividente!