Estas son tres historias de madres...
¿Quien quiere a Maria Apaza?
Ayacucho 09 de septiembre de 1986
El
cuerpo de Maria Apaza cambiaba, sus pechos habían desarrollado hasta
parecer unas pequeñas naranjas, sus caderas adornaron su cuerpo hasta
parecer una guitarra, su voz se afino hasta parecer un dulce canto
cuando hablaba pero ella no fue la única en notarlo, Santiago el hijo
del patrón lo había notado también, una noche sin preguntárselo se
acostó sobre ella y luego de dos intensos minutos eyaculo, levanto su
calzoncillo y se marcho tan rápido como entro.
Maria
tuvo un torrente de sensaciones, ella encontraba al hijo del patrón
muy apuesto, un hombre de piel blanca, cabellos castaños y rizados y
de ojos negros como sus intenciones. Luego de aquel episodio el la
trataba como si nada hubiera ocurrido entre ellos, ella lo buscaba con
la mirada sin encontrar nunca una respuesta, el solo se dirigía a ella
para pedirle que le alcance algo, Maria Apaza por las noches intentaba
recrear con sus manos aquellos dos intensos minutos, pero nada era
igual. Las noches se le iban en aquellos vanos intentos recordando su
espalda ancha, sus muslos pétreos y aquel cuerpo velludo y ese vaivén
que la invadía con un fuego que la penetraba una y otra vez.
Luego
de dos semanas escuchó las conversaciones entre los patrones que
Santiago regresaría a la capital, donde luego de tres meses viajaría a
Europa a estudiar. Ella lloro por dentro, el objeto de su afecto se iba
para siempre.
Maria
Apaza nunca tuvo manifiestos de su primera menstruación porque a sus
14 años se dio cuenta que estaba embarazada, nunca se le ocurrió
asociar los mareos y vómitos con un embarazo, estaba convencida que era
la tristeza la que producía estragos en ella.
Cuando
el patrón se dio cuenta de su estado ella ya iba por el quinto mes, la
encontró en el pasadizo del segundo piso mientras ella trapeaba el
piso de madera a mano y se secaba el sudor de la frente, ¿quien es el padre?
le pregunto con voz de trueno, Maria Apaza se enderezo tan rápido como
pudo, miro sus pies descalzos y con voz muy queda respondió.
El patrón ya sabia la respuesta, se rió para sus adentros recordándose así mismo.
Finalmente
el día del alumbramiento llego, el parto fue doloroso para un cuerpo
que no estaba preparado para ser madre, el bebe era como todos los hijos
del patrón, lo acuno en sus brazos y se lo llevo, Maria Apaza no tuvo
oportunidad de ver a su propio hijo.
Hoy
09 de septiembre, tres días después del alumbramiento de Maria Apaza,
nos dirigimos hacia la frontera de Perú con Bolivia, tengo órdenes de
llevarla y abandonarla a su suerte.
¿Maria cuando estarás llena de Gracia?
Maria
Gracia a diferencia de sus amigas y hermanas se caso por amor, su
esposo es un ingeniero respetable y trabajador, ambos son profesionales
y a lo largo de sus carreras destacaron cada uno en su área, ambos
provenían de familias numerosas donde las cenas eran multitudinarias,
caóticas y bulliciosas, la privacidad era un bien muy preciado. Maria
Gracia y Sebastián eran el matrimonio perfecto, excepto por una cosa,
no tenían hijos.
Antes
de casarse ya habían decidido que postergarían el primer retoño hasta
poder ofrecerle un clima de estabilidad, las condiciones se volvieron
oportunas antes de lo esperado y dejaron de “cuidarse” pero la cigüeña
no se asomaba por su cama.
Consultaron
especialistas y todos coincidían en algo, que ambos estaban
perfectamente sanos y que la razón por la que no podían concebir era
inexplicable.
Ambos
se sometieron a cuanta rutina amatoria encontraron y mes a mes luego de
probar con el test de embarazo nunca aparecía la cruz, probaron con
diferentes marcas, probaron con diferentes poses, probaron con todo.
Y
probando y probando pasaron 10 años, la frustración de no poder ser
padres mello en su matrimonio y en sus vidas profesionales, Maria
Gracia veía con envidia a las mujeres jóvenes que arrastraban a un
crío, Sebastián añoraba poder jugar al football con su primogénito.
Ambos
se sometían a diferentes exámenes desde los mas complicados
espermatogramas a las fecundaciones in Vitro, era como tener un campo
rico en nutrientes y que aunque se siembre y se siembre, nada crecía.
Ambos habían perdido las esperanzas de ser padres.
Pídele un hijo a la Luna le dijo una amiga a Maria Gracia. Si quieres pedirle un hijo a la luna tienes que hacer esto…
Ellos son míos
Arequipa 01 Enero 2010
La
noticia se difundió en toda la ciudad, al medio día la mitad de la
población estaba enterada y para la noche la otra mitad lo comentaba
mientras cenaba.
Nunca
antes se había visto un crimen así en la ciudad blanca, la policía
cercaba la casa con tranqueras para impedir el paso de los curiosos y
mantener a los periodistas alejados. El fiscal apareció, como sucede en
estos casos, muy entrada la noche.
La abuela
dio el llamado a la policía, según consta en el acta, la subteniente
Rodríguez atendió la llamada, la Sra. Díaz reporto el crimen y luego se
desplomo. Pues fue como se encontró el cadáver de la abuela paterna,
sujetando el teléfono.
Se
reporta que el padre aun permanece en la provincia de Tacna donde
trabaja como camionero trasladando bolsas de cemento rumbo a la
frontera con Chile, aunque aun se le considera sospechoso, el fiscal
reporta que se ha encontrado una carta que explica el crimen.
La
policía ha hecho una búsqueda exhaustiva en toda la casa, juntar los
cuerpos ha tomado casi 5 horas. La reconstrucción de los hechos nos
hace pensar que Irene Cáceres acabo primero con la vida del mayor de
sus hijos Renato (7 años), luego con Lissette (4años) los ahogo con la
ayuda de sus propias almohadas, luego procedió a trozar los cuerpos y
repartirlos por toda la casa. Finalmente se hizo cortes profundos en
brazos y piernas sujeto el cuchillo contra su pecho y se dejo caer al
piso, enterrándose el cuchillo en el corazón muriendo
instantáneamente.
El contenido de la carta se ha filtrado a la prensa con ayuda de unos de los policías de menor rango. Reproducimos la carta
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