Mariana cogió el sobre, ¿Quien envía una carta en pleno siglo XXI? pensó
ella, al ver el remitente se sorprendió, 5
años se pasan volando dijo en voz queda, arreglo su cabello respiro hondo y
abrió la carta.
Cuatro hojas de papel
blanco doblado en tres, desprendían un olor a perfume de hombre, el mismo que
EL acostumbraba usar, lo recordaba muy bien de cuando ella se acunaba en su
pecho para jugar con sus vellos mientras lo acariciaba.
Mariana, sé que cuando
leas estas líneas estarás confundida y pensaras que es un impulso mío el que me
obliga a escribirte, quizás en parte tengas razón, por todo lo que hemos vivido
juntos es que me atrevo a escribirte, debo presentar pruebas de lo que voy a
decirte, la primera es que sonara un claxon agudo, en la televisión una mujer
hablara sobre el asesinato de una niña en un pueblo del sur, mira por la
ventana y veras a un niño paseando en short rojo…
Mariana empezó a leer la carta y todas y cada una de las palabras leídas se hicieron realidad, el claxon agudo sonó en la calle, el asesinato de la mujer fue reportado en la televisión y vio el niño de short rojo jugando en la calle al cerrar la ventana, el temor se apodero de ella, la carta estaba fechada 4 días atrás.
Tengo miedo de lo que vayas
a pensar, pero necesito que tomes las medidas necesarias, tu vida está en
peligro…
Mariana no termino de
leer porque con un golpe espantoso la puerta se partió en dos, vio un hombre
inmenso sujetando una comba, usaba una máscara deforme que le impedía ver bien.
Pero los gritos de Mariana lo alertaron de la ubicación de su víctima…
Mariana empezó a correr
por su vida, sin darse cuenta que el camino que tomaba la llevaba a su
perdición, porque el destino es así, los caminos que tomamos para evitar
nuestro destino nos llevan a él.