Iba yo leyendo mi libro y escuchando música, me gusta sentarme atrás donde puedo estirar mis piernas y sentirme más cómodo, el ser alto es una desventaja cuando se usa el transporte público.
Veía más adelante un niño de aproximadamente 8 o 9 años, un colegial sentado en uno de los asientos dobles, la mayoría de ellos estaba libre, éramos pocas personas en la 73.
Dos paraderos después ya no había asientos libres y vi que había un hombre de baja estatura y de mediana edad parado cerca de donde estaba el niño. Veía que gesticulaba y movía los brazos y el niño se iba encogiendo en su asiento. Me saque los audífonos y escuche lo que aquel energúmeno decía “de que colegio eres? Para no poner ahí a mis hijos….” Gritaba otras incoherencias, el tipo quería que el escolar le de el asiento.
Yo le pase la voz y le dije que si quería sentarse Yo le daba mi asiento, el tipo se puso como un energúmeno, que su única intención era “educar” al niño, yo que ya me estaba fastidiando le pregunte ¿Vas o vienes de tu oficina? A ti que te importa!! Me respondió, si vienes de tu oficina es seguro que estuviste sentado casi toda la mañana, si vas a tu oficina estarás sentado un largo rato. Una señora nos interrumpió y luego otra y una tercera se sumo, no seas abusivo, déjalo, Tan grandazo y no puedes pararte! Algunos se reían y el tipo se avergonzó y se quedo callado.
A mí me llega, yo creo que los niños no deberían ceder sus asientos a los adultos, SOLO si son ancianitas o mujeres embarazadas o alguna persona con alguna discapacidad, los niños tienen menos fuerza y se cansan más rápido, Yo recuerdo que me obligaban a darle el asiento a adultos que podían sostenerse en pie, que coraje me dio.
Mira este parasito que se hace el dormido!! Y el niño!! pobrecito! |