Ha pasado un tiempo desde que publique la última
entrada, quizás esta sea una de las últimas entradas , quizás no, estuve
perdido y necesitaba encontrarme otra vez, estaba lleno de muchas cosas y
necesitaba sacarlas de mi.
Por eso aproveche mis vacaciones para escapar de
lima, tuve mucha suerte en algunos detalles y malísima suerte en otras,
Ayacucho es una tierra lindísima pero con una historia trágica, que intentare
resumir, basta con decir que significa el rincón de los muertos.
Pues geográficamente está ubicada en un lugar donde
han ocurrido acontecimientos históricos notables, mucha sangre se ha derramado
en esas tierras desde los tiempos incas, hasta los años recientes, cuando el
terrorismo se instalo para robar los sueños a muchas generaciones de peruanos y
la vida a miles más.
¿Porque escogí un sitio tan tétrico para viajar?
Pues ahí hace muchos años vivieron los chancas, un pueblo, una etnia que era el
dolor de cabeza de los Incas pues su espíritu indomable los hacía pelear por su
libertad a cada momento, finalmente fueron sometidos por los incas y se
integraron al imperio incaico.
Resulta que en el libro que escribo involucra a
los chancas y aunque me había documentado sobre los incas, tenia poquísima información
sobre los chancas y la poca de la que disponía no me permitía ver todo el
panorama.
Contrate un tour para conocer Ayacucho y la suerte
me sonrió el primer día, pues todos los del primer grupo cancelaron su visita
pues se sentían mal por la altura, el soroche jugo a mi favor, porque en esa
visita estaba el guía y yo, para suerte mía, resulta que el guía es profesor de
la universidad de Huamanga antropólogo y arqueólogo, un hombre de 55 años
aproximadamente y pues lo ametralle a preguntas y el estaba feliz de responder,
el tour de 2 horas por la ciudad se convirtió en uno de 6 horas, fuimos hasta a
la biblioteca, me permitió fotografiar cosas que pocas personas han visto, me
mostro rincones de Ayacucho que no aparecen en las postales.
Es lo que quiero rescatar de aquel primer día, a
veces al huir de las cosas encuentras lo que buscas y en medio del desorden
puedes encontrar el camino de regreso, aun tengo muchas cosas por contar.