Burro de carga

Goyo mira al cielo, y el cielo celeste manchado con algunas nubes parece oscurecerse poco a poco.

Su vida transcurrió de manera tranquila hasta hace dos semanas que le hicieron la oferta de su vida! Diez mil dólares!! Y además de eso hacer un viaje al extranjero!

¿Quien diría que NO a tamaña proposición? Solo un tonto fue la respuesta de sus dos amigos! Sebastián había ya regresado de España y Javier regresaba en dos días desde EEUU, ¿que podía salir mal? se pregunto Goyo para darse valor. En casa dijo que se iba a Arequipa a visitar a una amiga y estaría de regreso en una semana.

Javier le dio las generalidades del asunto, solo debes tragarlas! Imagina que es un pedazo de papa grande y trágalas, cuando este en el aeropuerto no bebas ni comas nada! Cuando llegues a Barajas te estarán esperando, ya sabes como es eso, Solo busca el cartel amarillo con tu nombre y ellos se ocuparan del resto!

La idea de cagar bolitas de droga envueltas en condones le parecía asquerosa, pero nada que 10mil dólares no solucionen. 

Pero nada salió como estaba planeado, tragar las capsulas de droga requirió un esfuerzo sobrehumano, Ya no mas! Decía, mientras aquel hombre lo obligaba,  ¡Ya te faltan 20 apúrate huevon que no tenemos todo el día, Tienes que estar en una hora en el aeropuerto!

En el aeropuerto las ganas de vomitar y las nauseas no cesaban y una sensación de desesperanza se instalaba en su corazón con cada paso. Los tipos que lo trajeron al aeropuerto le indicaron lo que ya sabia, no beber, no comer, ir con los del cartel amarillo y luego desaparecieron como si fueran humo de cigarrillo frente a un ventilador.

Goyo no llamaba la atención, era un pituquito más que salía del país como quien se va de un distrito a otro, no era su primer viaje al extranjero y conocía de memoria todo el papeleo. Al abordar el avión vio su reflejo en el ventanal que tenía delante de él, sus ojeras y el rostro perlado de sudor delataba su estado.

¿Se siente bien? Dijo la aeromoza con genuina preocupación, Si, estoy bien alcanzo a gemir Goyo, es que me da miedo Volar, Ya falta poco para llegar a Barajas dijo con voz dulce y casi maternal, miro su reloj menos de una hora calculo. La noticia fue un ligero alivio para Goyo quien evito llevarse algo a la boca durante todo el vuelo pero justo en ese momento, algo dentro de él sonó, POC! Como cuando se revienta el plástico protector de algunos muebles, ese plástico lleno de bolsitas de aire, reventarlas es irresistible! Y desde ese momento todo fue sufrimiento.

Goyo salió del avión desesperado, sabia que la vida se le escapaba, ya no pensaba en las cosas que haría con los diez mil dólares, ya no pensaba en viajes, ni en el pequeño negocio que comenzaría, ni en sus padres ni en sus amigos, ni en las fiestas y borracheras que estaba planeando a su regreso, ya nada de eso importaba, solo quería sacarse la mierda que tenia dentro y que lo estaba matando.

La espera se le hizo eterna pero finalmente termino con el papeleo, el dolor en las entrañas hacia que se doble de dolor a vista y paciencia de todos, a lo lejos vio a dos hombres con un cartel amarillo, esos deben ser pensó y se dirigió hacia ellos, su rostro pálido era el vivo retrato del dolor, los dos hombres lo vieron y luego se miraron entre si y literalmente se esfumaron, sabían que aquel hombre estaba muerto y que la mercancía estaba perdida. 

Nunca antes Goyo se había sentido tan solo como ahora, se arrastro y capturo un taxi o el taxi lo capturo a el es difícil precisarlo, por favor lléveme a un hospital, me estoy muriendo alcanzo a decir. El samaritano lo arrastro hasta su vehículo y se dirigía al hospital Goyo se dejo caer en el asiento de atrás, su cabeza recostada le permitía ver el cielo español, y ahí en ese momento empezó a morirse, el control sobre sus esfínteres fue la primera señal se meo y cago en el asiento de atrás, su vida se le escapaba junto con la mierda que traía dentro Goyo mira al cielo, y el cielo celeste manchado con algunas nubes parece oscurecerse poco a poco.