Muchas cosas cruzaron mi cabeza mientras me alistaba para verle, pero la realidad fue muy distinta, al verle me di cuenta de algo.
Sus ojos no brillaban como antes ni me moría por perderme en esos inmensos ojos negros, sus manos antes se me antojaban gorditas, pequeñas y suaves. Ahora las sentí asperas; su peinado era distinto y ya no me gustaba como le caía el pelo, que por cierto me parecía negro azabache, ahora se me antojaba sucio y opaco.
El amor enaltece nuestras cualidades y atenúa los defectos, en el estado de transito en el que me encuentro no se que pensaría de mi o como me habría visto.
Solo se que por ahora el amor tiene para mi otro rostro.
¡Hola Gary! Recién regresé de la playa y estoy mirando vuestros comentarios en mi blog ¡¡¡gracias por tus aportes a los proverbios!!! Me han encantado, amigo.
ResponderEliminarHe leido tu entrada y tienes mucha razón. El amor nos hace ver sólo lo mejor de las personas.
Un abrazo enorme.
El poder del amor es realmente especial no?
ResponderEliminarbsos de esposa primeriza y Recién casada