Perdidas!

Ayer perdí a alguien muy importante para mi, la pena que merodeaba a mi alrededor me invadió. Finalmente no pude evitarla y me deje llevar. Cada palabra que pronuncie o que escuche venían a mi recordándome la separación. Subí al taxi y apoye mi cabeza en la ventana. Empecé a ver sin ver, las cosas que pasaban delante mio no tenían forma, no reconocía los sonidos, me imagino que así es la vida de un autista. Mi cuerpo físico estaba sentado en el taxi pero mi alma (si es que la tengo) se había ido lejos. Como un autómata me baje del taxi y me dirigí a mi cuarto. Me aisle todo lo que pude. Volví a salir para trabajar, otra vez como un autómata, hice un esfuerzo para reunir mis pedazos y reconocer a la gente que me rodeaba, logre aclimatarme.

Quería gritar que me sentía morir, quería gritar estaba triste, quería que todos se alejen de mi y sin embargo quería gritar porque me abracen. Yo era una contradicción viviente, amaba y odiaba al mismo tiempo. Que agonía fue regresar a casa, porque sabia que estaría solo conmigo mismo.

Soné con mi sobrino, el lloraba y tenia una herida extraña en el hombro, una especie de cristal verde grisáceo estaba en su omóplato derecho y en el centro una herida en carne viva. Su carita me hablaba de dolor yo lo cargue y trate de aliviarlo, cuando iba a besarlo se desvaneció en mis brazos y me di cuenta que estaba solo. Me desperté llorando. Trate de tranquilizarme , me repetía que era solo un sueño, me decía que estar solo también es bueno. Me desperté segundos antes de que la alarma suene. Verifique la hora y me baje de mi cama en un salto, 10 minutos después iba a clases. Di el examen con mi cabeza en otro sitio.

Cuando regrese revise mi correo y encontré un correo que me motivo a escribir esta entrada. Había comentado mis penas a una muy buena amiga, ella condolida me animo y mejoro el animo con sus palabras. Y me comento su perdida. Me di cuenta que mi perdida era nada comparada con la de ella. Ella había perdido algo sumamente precioso, algo por lo que la gente mata o muere. Y yo me quejaba por algo tan banal.

Amiga mía! las fuerzas a veces nos faltan pero es importante seguir caminando, los pasos que dimos en el pasado se van borrando con el tiempo. Solo podemos caminar hacia adelante, los pasos perdidos ya nos los podemos recuperar. Si sientes que te faltan fuerzas toma mi mano. Caminaremos juntos. Ya no hay que fijarnos en nuestras perdidas.