Apurate!

Tú no puedes decirme Adiós, me acostumbre a tu presencia constante, a tu sonrisa, a tu porte, a tus labios.


Esa sonrisa que muestra las perlas de tus dientes, los hoyitos que se forman cuando me iluminas con tu sonrisa.

Extraño el sonido que haces cuando te falta el aire, extraño tus manos, extraño tu piel.

Tú no puedes decirme adiós, no me dejaste quererte, ¿qué hago con todo esto? ¿Suplicarte?, ¿Rogarte? Eso es imposible, Yo no mendigo amor. Pero gustoso te entrego mi vida si la quieres, pero ya la rechazaste una vez por miedo.

Pienso dejar que el mundo gire hasta que vuelvas a mí. Pero apúrate que no podre esperarte para siempre.