miércoles, 4 de mayo de
2011
Mateo nació en un barrio
pobre, tan pobre como lo eran sus padres, las malas lenguas decían que la madre
era la lavandera del párroco del pueblo y que el padre era un vendedor de
lociones que un buen día desapareció del horizonte, que lo asaltaron y
arrojaron al rio decían algunos, que se fue con otra mujer decían los otros. Lo
único cierto era que Mateo era huérfano hasta que la verdulera lo acogió en su
casa.
Mateo era especial, feo
como un golpe en lo huevos pero amable como un Ángel. La verdulera noto que era
especial el día que lo rescato, la madre llevaba dos días de muerta cuando la
encontraron, el hedor que emanaba la casita alarmo al pueblo aquel verano. La
verdulera fue la primera en entrar y encontrar el cuerpo hinchado y hediondo de
la madre. Y Mateo estaba en su corralito y ahí fue donde la verdulera se dio
cuenta, en donde se encontraba Mateo no se percibía ningún olor
desagradable.
Y así creció Mateo
rodeado de un halo de virtud bastante extraño, las fiebres desaparecían tan
solo con su contacto, su risa era contagiosa y su palabra sincera, como todos
los niños de su edad era travieso pero estaba exento de esa crueldad innata en
los niños. Su cuerpo esmirriado, su cabello negro y duro y aquel labio leporino
no hacían juego con la belleza de sus ojos. Eran de un color marrón muy claro,
algunos la comparaban al color de la arena de playa y lo que más llamaba
la atención era el brillo que tenían.
Mateo cumplía con sus
obligaciones de hijo de la mejor manera, la verdulera tenía hijos mayores que
ya habían abandonado el nido, 6 de sus 8 hijos estaban vivos, el mayor murió en
la guerra y el último murió con un cuchillo atravesado en la garganta. Mateo
cortaba y lavaba las verduras de tal manera que cuando eran exhibidas se veían
apetitosas y frescas, con mucha paciencia limpiaba los tomates, pulía las
zanahorias y betarragas.
Un buen día una
compradora inusual se acerco al puesto de la verdulera, Se que es inusual lo
que le voy a pedir dijo la mujer necesito toda la Ortiga que usted me pueda conseguir,
este pedido desencadeno preguntas y respuestas, Una preguntó ¿Para qué necesita la Ortiga?, para calmar mis temblores
y aliviar el frio de mis pies respondió la otra,
intercambiaron recetas, se preguntaron por sus hijos así como hacen las mujeres
que recién se conocen en el mercado y la verdulera con el mayor animo de ayudar
le dijo a Mateo Toca sus manos hijito y ahí se registro el primer milagro del niño.
Al día siguiente todo el
pueblo sabia del milagrero y como sucede en los pueblos el rumor creció como
una ola. A los 4 días Mateo era responsable de hacer caminar inválidos y de
devolver la vista a los ciegos y de la noche a la mañana la casa de la verdulera
se convirtió en un sitio de peregrinación.
Unas semanas después la
verdulera dejo de serlo, ofrecía los servicios de su hijo a cambio de una
dadiva que dependiendo del donador podía ser una vaca entera como una
canastilla de huevos. Así desfilaron delante de Mateo ciegos, cojos,
impotentes, asmáticos y tullidos. Los ojos de Mateo se apagan día a día pero
nadie parecía notarlo, todos veían en el las esperanzas para recuperar su
salud.
Así pues se formaban
colas delante de la casa de la verdulera, gente dormía en la calle esperando
que Mateo se despierte para curarlos. La verdulera vio a Mateo llorar por
primera vez y su llanto la entristeció tanto que pudo darse cuenta de su error
pero ya era demasiado tarde. Salió y boto a los que invadían su casa y la calle
frente a ella, Egoísta! le gritaron algunos, perra! le gritaron otros, los
ánimos se caldearon, un codazo se respondió con un puntapié, un patada con un
navajazo y luego de un momento había una batalla campal entre tullidos, ciegos,
cojos, mudos, sordos todos desesperados por curarse.
Un hombre tenía a Mateo
sujeto de la mano le gritaba cúrame! y los preciosos ojos del
niño se inundaban de lagrimas, CURAME!!! Grito otra vez. NO, cúrame a mí, grito
otro y de pronto todos empezaron a pelearse por el niño, La verdulera que era
una masa amorfa en el piso alcanzo a ver con el único ojo sano que en el lugar
donde antes estaba Mateo había ahora una masa amorfa de carne y vísceras.
Nooooooo, mataron a Mateoooooo!
ResponderEliminarTus historias siempre llegan al fondo del alma. Y sus finales, de sorpresa.
Un beso, buena semana!
Muchas gracias!
Eliminar:( pobre mateo. Muy buena historia viene con mensaje positivo se los pasare a mis hijos :D
ResponderEliminarSi, pobre de el. Pero a los que hay que tener lastima es a los demas
EliminarLos mataron a los dos? Chessss. Creo que ese final lo puedes mejorar un poco, como que quedó medio confuso. La historia es muy buena. Saludos.
ResponderEliminarbueno, esa la idea, de que al final se muere mateo por el egoismo de todos los demas.
EliminarMe ha gustado mucho.
ResponderEliminarEl mensaje es genial. Al igual que un comentarista anterior se lo daré a leer a mis hijos
(realmente se lo leeré yo ;D)
Saludos
De verdad? en serio? eso me gustaría mucho!
EliminarYa parece que hasta se lo hubieran almorzado al pobre Mateo :( así es la ambición y los inocentes que siempre pagan sus consecuencias. Un abrazo.
ResponderEliminarpues me imagine a todos peleandose por su cuerpecito, pues si , la ambicion y egoismo sacan lo mpeor de la gente
EliminarUna versión folclórica de la gallina de los huevos de oro.
ResponderEliminarahora que lo pienso, si!
EliminarInteresante mensaje, un bonito cuento para reflexionar. Me dio penita la parte de "feo como golpe en los huevos" :(
ResponderEliminarjajajaja no se me ocurrio otra forma de describir algo desagradable jejejeje
EliminarBueno, aquí entre nos y no le digas a nadie. Yo no sé cómo es ese golpe xD
Eliminarjajajaja mmmm divide el dolor de un parto a la mitad y es mas o menos asi!
EliminarNo puede ser, pero a como va la gente no me sorprendería que eso sucediera, pobre Mateo :(
ResponderEliminarpues si, no me extrañaria que escenas asi hubieran ocurrido
EliminarMataste a Mateo también :'(
ResponderEliminarA Jesucristo le pasó algo parecido. Está claro que no se pueden hacer milagros, terminan acabando contigo.
ResponderEliminarBicos Ricos
10 / 10 de nota. temia que el final fuera algo edulcorado pero el giro sangriento y deprimente q le das al final hace q este relato sea excelente. felicidades!
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