Los placeres de la carne!

Mi mama es obstetriz y trabajaba en un pueblo minero en Arequipa, Arcata ocupa un lugar especial en mis recuerdos. Arcata tenía un hospital pequeño y atendía a dos pueblitos, Arcata y … un nombre que no mencionare! Mi madre era la única obstetriz en muchísimos kilómetros a la redonda y había poco personal medico así que ella tenía que realizar muchísimas funciones.

Ella tiene mucha paciencia y muy buen trato y proyecta amor cuando habla, si ya se! Ya sé! Es mi mama y no soy objetivo! Déjame contarte lo que paso aquella noche.

Era de madrugada y unos hombre tocaron la puerta de la casa como locos, lo recuerdo bien, mi mama entro a nuestro cuarto, Connie y yo dormíamos en la misma habitación, vamos a salir así que tienen que cambiarse! dijo mi mama casi como una orden, el frio era espantoso, la laguna frente a mi casa estaba congelada (si! Había una laguna frente a mi casa!!!)

Connie y Yo

Frente a la casa había una camioneta, nos subieron en ella y el viento me tocaba como cuchillos de hielo cortándome la cara, llegamos a nuestro destino y escuche la voz de una mujer gritando como si la mataran! Yo me asuste, Connie agarra a tu hermano y no se muevan hasta que regrese! Ordeno otra vez mi mama, Yo estaba asustadísimo pero me aferre a mi hermana y asentí.

Mi mama ordenaba, boto a mucha gente de la habitación donde estaba, pidió agua caliente, sabanas y otras cosas que no recuerdo, la gente le hacía caso y luego de un buen rato escuche un nuevo llanto, un nuevo bebe había llegado.

Todos se alegraron, sobre todo el papa! Quien inmediatamente se puso a tomar cerveza. Mi mama prometió que volvería en unas horas, Me llevo a mis hijos dijo secamente y alguien me cargo y me volvieron a subir a la camioneta para regresar a casa.

Pasaron tres días y otra vez tocaron la puerta como si la fueran a tumbar (es una costumbre de la sierra que nunca entenderé) pero esta vez el motivo era otro. Aquel caballero en señal de agradecimiento le trajo media vaca a mi mama  (quizás un poco menos), mi mama agradeció humildemente (que rechazar un regalo en la sierra es un pecado mortal! Y despreciar comida mucho más aun)

Así que ahí estaba mi mama con media vaca sin saber qué hacer con tanta carne! Aun lo recuerdo con gracia! Mama! Que vamos a comer hoy? Bistecito frito con papas!!  Aaaaaggghhh Otra vez carne??!! Jajaajaja Mi mama repartió la carne entre los vecinos y así todos se vieron favorecidos por la amabilidad de aquel caballero. Comimos carne por casi dos semanas seguidas.