Ella y Él

Ella tenía un cuerpo pequeño pero con formas, su rostro adornado con pecas discretas, unos ojos grandes y soñadores, dos cejas que daban personalidad a su rostro pues ayudaban a expresarse mejor. Sus pechos no eran grandes pero se notaban y sus caderas parecían bailar a su propio ritmo.

El era alto, de espalda ancha y brazos fuertes, sus piernas eran dos columnas que le ayudaban a dar pasos firmes y rápidos, su cara de niño y buenas intenciones lo convirtieron en alguien en quien confiar. El se consideraba una buena persona, todos se lo decían.

Ella vio en El muchas cosas que le gustaban, se le veía inteligente y ambicioso, fuerte y amable una combinación perfecta y sin pensarlo dos veces empezó a tejer sus redes para atraparlo. Empezó a preguntar sobre él, que le gustaba?, tenia enamoradas?, le gustaba tomar? Y una infinidad de preguntas que su mente femenina quería saber. Cada respuesta a sus interrogantes hacían que se enamore más de Él.

El solo tenía ojos para otra, su problema fue que su mejor amigo también, así El se encontraba en un debate, el amor y la amistad lo tenían en un dilema que le partía el alma, el se dio cuenta que Ella, lo invitaba a salir, su mirada siempre apuntando a sus ojos y más al sur de la correa, como agitaba su cuerpo en su presencia y cuando lo tocaba, era como una caricia, pasarle un lapicero o preguntarle la hora eran el pretexto para una caricia.

El era hombre de una sola mujer y no tenía intenciones de engañarla, estaba enamorado de Otra, así que hizo lo mejor para Ella, ignorarla y hacerse el tonto, pero eso no la alejo, parecía aferrarse más a Él. Ella lo llamaba, le pedía salir o almorzar juntos, se obsesiono con El.

Y lo que comenzó como una ligera atracción se convirtió en una competencia, ¿Cómo puede gustarte la otra si Yo estoy mejor? Se preguntaba Ella a cada rato. La obsesión por parte de ella fastidiaba a Él al punto que empezó a esquivarla y Ella lo perseguía.

El perdió todo lo que aposto al amor y la amistad y se encerró en sí mismo, mantenía su mente ocupada en sus cosas, Ella vio la oportunidad para envolverlo sin saber que se encontraría con una pared, fue rechazada por las circunstancias. Y toda esa atracción se convirtió en repulsión y todo ese amor en ODIO. Un odio que dura hasta hoy. ¿Quién es culpable? Ella o El.
Ahí fue donde aprendí que un amor no correspondido se puede disfrazar como una sincera amistad o como un odio intenso.