viernes, 30 de septiembre de 2011
Para cuando me haya ido no llores –dijo con mucho esfuerzo-, no tiene sentido derramar lágrimas por quienes se van. Ella trato de aguantarse el llanto pero no lo logro y unas lágrimas resbalaron por su rostro mientras acariciaba las pálidas mejillas de su esposo en un intento de retenerlo a su lado, pero a él la vida se le iba segundo a segundo.
Las palabras pueden construir mundos, hacer realidades los sueños o hacer realidad la más terrible de las pesadillas, Ya no se puede hacer nada mas fueron las palabras que ella no quería escuchar del doctor tan joven como el menor de sus hijos. Ambos se habían preparado para este momento, hace muchos años cuando hablaban hipotéticamente de sus tan lejanas muertes, cuando en la mañana hacían el amor rápidamente antes irse a trabajar.
O cuando hacían planes en el caso de que uno de los dos faltase pensando siempre en sus tres hijos. El tiempo pasó, sus hijos crecieron y luego vinieron los nietos, las preocupaciones disminuyeron ya que es más fácil criar un nieto que un hijo, solo les entristecía saber que cada vez les quedaba menos tiempo con ellos.
Necesito y quiero estar a su lado, respondió ella al doctor mientras lo abrazaba, el galeno se conmovió por aquella mujer pues vio en ella a su propia madre y ordeno a una enfermera Traiga por favor ropa estéril para la señora, acompañara a su esposo, luego de un rato ella entro a la habitación vestida con esa ropa estéril y blanca con lagrimas derramándose por su cara, mientras se acercaba a el paso a paso recordó el día de su boda, también vestida de blanco y nerviosa, el haciendo un esfuerzo le dijo Para cuando me haya ido no llores, no tiene sentido derramar lágrimas por quienes se van, el acuno las manos de su esposa entre las suyas y la beso y así se despidió.
Llámalo magia o milagro si quieres pero en el momento que Juan cerró los ojos y antes de que se apague su vida un recuerdo se instalo en ambos corazones y como si volvieran a vivir lo ocurrido hace muchos años recordaron la promesa que se hicieron juntos.
Juan ¿quieres recibir a Leticia como esposa y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad y, así, amarle y respetarle todos los días de tu vida hasta que la muerte los separe?
Ambos contestaron con un sonoro SI.
Me hiciste llorar... qué triste pero qué hermosa historia. Ejemplo de vida y amor. Ay me has hecho suspirar... qué lindo.
ResponderEliminarUn besote...
Me da mucho miedo pensar en eso...
muchas gracias MArite!!
EliminarYo cumpliré 13 años de casado este año...Me he identificado y mucho con esta historia...
ResponderEliminarSaludos Gary
me imagino que si, eres medico, estas casado, convives con la vida y la muerte!!
EliminarSe me hizo un nudo en la garganta :0(
ResponderEliminaroooh sorry
EliminarHola Gary. Muy hermosa historia. Esa es la muestra del amor verdadero. Pero es algo que sucederá, y uno espera que sea más tarde que temprano.
ResponderEliminarEste año cumplo 11 años de casado y adoro a mi esposa y SE lo que es identificarse con esa historia.
Un abrazo.
LUCHO
Muchas gracias Lucho!!
EliminarMe alegra saber que te lleves tan bien con tu esposa! Me alegra mucho!
Excelente. Buena historia. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias! que bueno que te gusto!
EliminarAwww, qué tierno :)
ResponderEliminarjajjaja Hola Javier a los años!!!
EliminarSiempre le he dicho a mi novio que yo me moriré antes que él, que Dios no me puede hacer la "putada" de asistir a su muerte, claro que él afirma lo mismo, o sea que.... ¡Se aceptan apuestas!
ResponderEliminarjejejeje bueno, espero que eso suceda dentro de muuuuuuucho, pero muuuuuuuucho tiempo!! Un abrazote!
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