En el día del Padre...

Mi padre fue militar y adquirió sus usos y costumbres para toda su vida. Hay una en particular que me sirvió para descubrirlo.

A los militares (al menos eso ocurría antes) se les pedía que redacten una carta de despedida, la cual sería enviada a los familiares en caso de que el soldado muera en acción. Y el tenia redactada todas sus cartas.

La guerra había cambiado al Perú, los terroristas se habían expandido por todos lados, mis padres pensaron que la vida en Arequipa no sería buena para nosotros y nos enviaron a Lima a vivir con la Abuela. Vivimos unos cuantos años sin ellos, pero abrigados bajos las alas de la querida Mama Estela.

Muchos años después, la convivencia se hizo difícil entre los cuatro, pero en mi infantil cabeza la palabra divorcio se me hacia impronunciable. Y así pasaron muchos años! Un buen día cuando ya su relación estaba en caída yo estaba haciendo mis cosas y necesitaba un bendito papel para escribir y cerca a mi estaba el maletín de mi padre, Yo sabía que ahí guardaba documentos importantes, Yo había visto el contenido de ese maletín varias veces y lo abrí en busca de una hoja de papel donde hacer mis anotaciones.


Yo para hacer los trabajos de la universidad usaba una maquina parecida a esta!

 Abrí el maletín y encontré facturas y documentos de todo tipo, pero ninguna hoja en blanco, y mientras hojeaba los folios detenidamente mis ojos fueron capturados por una hoja escrita a máquina, como todos los documentos militares estaban en un original y dos copias. Cuando nos escribíamos usábamos las siglas de nuestros nombres y apellidos así pues yo era GXRS y esa carta estaba dirigida a mí. Antes de la mía estaban las cartas dirigidas a mi madre y a mi hermana, todas encabezadas con las siglas BASV y CCRS.

El detalle me pareció bonito, un poco cursi pero un detallazo, en la carta a mi madre le decía que la amaba y cosas así, a mi hermana le decía que ella era su orgullo y que era la niña de sus ojos (literalmente) a mi me pedía que cuide de ellas, hasta ese punto las cartas me parecieron conmovedoras, porque estaban destinadas a ser leídas por nosotros en el hipotético caso de su muerte. Pero la siguiente carta fue la que me partió el corazón en dos, debajo de la carta dirigida a mi había una más, se suponía que SOLO debía haber tres, las dirigidas a mi madre, mi hermana y la mía, pero había otra más. Leí las siglas y no las reconocí, solo la tercera sigla era una R, como en mi caso y el de mi hermana, leí la carta y conforme mis ojos se deslizaban por cada renglón de la carta mi corazón se iba llenado de odio, de vergüenza y sobre todo pena.

Fue así que me entere que mi padre tenía otros hijos, fue un golpe enorme. La providencia quiso que Yo termine de leer la carta por completo, también quiso que yo termine de limpiar mis lagrimas justo antes de que mi padre llegue, porque así ocurrió en el momento mismo que limpie mis lagrimas mi padre apareció sonriendo estirando sus brazos para abrazarme pero solo encontró mi rechazo y un gesto de asco en mi cara al verlo. Yo no dije nada me quede callado y Salí de la habitación y tire la puerta con todas mis fuerzas, me fui corriendo a mi casa, recuerdo haber llegado con lagrimas en la cara y encontré a mi hermana ella me preguntaba ¿qué te pasa? Y yo le decía que nada y termine encerrándome en mi cuarto a llorar, Ella sin saber porque lloraba me dijo Ahora lloras como mujer lo que no supiste defender como hombre, ella sin saberlo añadio más leña al fuego, porque esa frase se la escuchaba seguido a mi padre.

En mi cabeza mi propia voz retumbaba, ¿Qué hago? Esta pregunta se repetía una y mil veces en mi cabeza, hasta que apareció una nueva pregunta ¿debo decirle a mi madre?....

CONTINUARA…