Yo tan pobre y tu tan rica!!

Hoy llegue a mi trabajo temprano (como siempre!) salude a mis compañeros de trabajo y una señora se me acerco. ¿Usted es el farmacéutico? Me dijo señalándome, con una expresión de suficiencia impresionante, era una mujer altanera, de esas que están acostumbradas a mandar y ser obedecidas.

A mí me agarro desprevenido, Si señora, ¿en que puedo servirla?, yo no estaba con mi mandil, solo con ropa de calle y me puse un poco nervioso. Pocas veces atiendo al público, pero confieso que es algo que me agrada, me gusta conversar con los pacientes, explicarle el uso de sus medicamentos y la mayoría de las veces, traducir los jeroglíficos de los médicos (hasta parece que lo hicieran a propósito).

La señora saco un listado enorme! Antibióticos, electrolítos, material medico, y muchas cosas más. Mientras me preguntaba y traducía su receta, la señora me iba tratando de mejor manera, su voz grave y dominante me causaba gracia, ya había tratado con gente así, pero hace muchísimo tiempo!

La cuenta salió una cantidad astronómica! Yo me impresione del monto total, cuando le dije el monto, la señora se sorprendió, Pensé que iba a costar más!! me dijo con su voz grave.

Resumiré lo que me conto, todos esos medicamentos eran para una señora que no tenia recursos, recién ahí me fije en el nombre de la receta y era un nombre bien peruano! Una mujer pobre seguramente y esa estirada mujer estaba comprando medicamentos para ayudarla.

Ella era una “voluntaria”, de esas lindas señoras que ayudan a pacientes terminales o con cáncer o necesitados, se veía que esta señora no estaba dispuesta a cambiar pañales o limpiar, ella compro el tratamiento para una paciente pobre y así ayudaba.

Su mano llena de joyas me alcanzo su tarjeta (una dorada), le ofrecí mi lapicero (de plastico comun y silvestre)  para que firme su voucher pero lo rechazo, saco de su cartera una pluma, que me parece era de carey y oro! Una caligrafía excelente y de trazo seguro. Ahí me entere que Yo había tenido el “honor” de atender la Señora Risso Patron de Echeandia Vda de Dammert

La señora trato a los demás como a sus chachas, las chicas se quedaron estupefactas! Yo aun más! Me dio un poco de cólera, la señora acostumbra a ser obedecida, tal vez el dinero que tiene le da esa seguridad, pero por otro lado, yo veía que estaba ayudando a alguien que lo necesitaba y no podía evitar sentir el conflicto dentro de mí.