Ma-Jin el monje

Ma-jin se había convertido en la peor pesadilla para el reino. El se convirtió en el terror de todos los ladrones de caminos, asesinos, violadores y cuanto maleante habitada el reino.
Pero su sed de justicia lo volvió ciego y sordo, desafortunadamente se convirtió en aquello que había jurado destruir!

El reino de China se veía asolado y como una medida desesperada el emperador contrato a muchos asesinos (que no había sido asesinados aun por el monje) para que acaben con el bueno pero descarriado Ma-jin.

Las madres de las victimas de Ma-jin veían en él a un demonio, pues no hay hijo malo antes los ojos de una madre y por esa misma razón las madres cuyos hijos fueron asesinados por las victimas de Ma-jin veían en él a un ángel de justicia, así pues toda China se vio dividida.

Corrió la noticia que habían encontrado el paradero del monje y las villas más cercanas acudieron a su encuentro unos para proteger al monje otros para matarlo, pues la recompensa por su cabeza era muy alta.

Ma-jin como pocos monjes en el monasterio de Henan dominaba absolutamente todas las técnicas. A sus 32 años se encontraba en el mejor momento, la fuerza de un hombre joven y la experiencia de sus años le daban un poder difícil de igualar.

Rastrearlo era muy difícil pues su pisada no dejaba huella ya que usaba la técnica secreta el paso de Buda, algunos decían que sus pies no tenían contacto con la tierra que en realidad flotaba. Solo había abandonado una de las costumbres aprendidas en el monasterio, el respeto por la vida ajena, pero mantenía el resto celosamente. Mantenía discusiones consigo mismo tratando de justificarse por sus acciones, las discusiones que mantenía lo hacían ver como loco.

Un grupo de peleadores lo encontraron y se enfrentaron a él, solo uno de ellos que se acobardo antes de llegar salvo su vida y vio desde lejos como sus compañeros eran asesinados uno a uno. Su historia fue contada y cada persona agregaba un detalle mas y para cuando llego a oídos del emperador, el monje Ma-jin era capaz de invocar demonios en su ayuda y dominar los elementos así como el clima y fulminaba al enemigo con solo mirarlo.

Fue por eso que el temeroso emperador contrato a los más avezados delincuentes y envió una delegación de sus mejores soldados para acabar con la amenaza del monje Ma-jin ...