Teclado negro catartico

En este teclado negro se encuentran escondidas las palabras que ayudaran a liberarme, esas silabas escondidas que sabrán expresar mis tristezas, mis alegrías, mis frustraciones, mis quereres.

Sacarlas es a veces difícil y otras veces me basta solo deslizar mis dedos sobre el teclado y las palabras parecen brotar por sí mismas.

Estas dos semanas han sido agotadoras, ir temprano al gimnasio, cumplir con mis rutinas, luego regresar y cocinarme (antes comía en la calle) luego alistarme preparar mis cosas para el trabajo, avanzar mis reportes, atender a los demás pacientes mientras trato de ordenar mi escritorio. Luego el maldito teléfono que no deja de sonar, odio cuando llaman y es para preguntarme idioteces que se resuelven solamente con un poco de sentido común.

Uso una técnica de relajación que de tanto que la uso parece no funcionar como antes, cierro mis ojos por diez segundos y pienso en algo bonito mientras me repito Tu eres dueño de tus propias emociones, antes de manera “mágica” mi pesadez y desgano desaparecían, sin embargo ahora parecen quedarse más tiempo conmigo.

Coloco mis manos sobre el teclado, ese teclado negro que aprisiona las palabras que quiero usar para expresar lo que siento y así sin darme cuenta he hecho mi catarsis.