¿KARMA?

¡Has conseguido un enemigo poderoso! fue lo que escucho Enrique, la voz era aterradora, como si muchas voces se hicieran una sola, las palabras estaban cargadas de odio. El estaba en el límite entre la conciencia y el sueño, abrió sus ojos aletargados y lo que vio lo paralizo de miedo.

Al costado de su cama estaba un ser demoniaco, oscuro como la noche, su piel parecía la de una serpiente, las escamas reflejaban la poca luz de la noche, su lengua viperina se acercaba a su rostro, Enrique asustado se incorporo en su cama, su olor era insoportable pero a aquel monstruo parecía no importarle, acerco su cara y le dijo Te has ganado un enemigo poderoso y si quieres PAZ tendrás que decirme su nombre y lo que le hiciste.

El miedo obra maravillas en nosotros los simples humanos, así pues el terror hizo que Enrique recordara su vida en breves instantes, ¿Qué hice? ¿Qué dije? Se puso a recordar todas sus fechorías, las personas a las que trato mal, a los que ninguneo y robo, a los que mintió, a las que fue infiel, a las que amenazo y coacciono. Sus aires de superioridad le hacían comportarse así, pero en realidad lo que tenía era miedo, el mismo miedo que tiene ahora.

Lo que él no sabía era que esa monstruosidad delante de él era su misma creación, cada cosa mala que había hecho en su vida alimentaba a aquella bestia, ese ser asqueroso era su propia creación. Pero hay esperanza pensó Enrique, ¿A quién le he hecho tanto daño? Pensó en todas las cosas horribles que había hecho pero entre todas y la más reciente le causo sorpresa. Recién ahora se daba cuenta que no era una buena persona y al revisar su propia vida se dio cuenta que el odio que sentían por el estaba bien ganado.

Pero finalmente recordó la mayor de sus ofensas, Paz, es lo quiero pensó, ya sé que he obrado mal y no volveré a hacerlo pensaba para sí mismo, con el corazón lleno de tristeza y sincero arrepentimiento pronuncio el nombre de la persona que había lastimado, pero su miedo era tan grande que ningún sonido emitió su boca.

Aquella bestia acerco su cabeza de macho cabrío y la oreja de la bestia se acerco a la boca de Enrique para escuchar la confesión de su creador, Enrique pronuncio las palabras que lo liberarían, y una sonrisa o debo decir una mueca parecida a una sonrisa se formo en el rostro de la bestia, Así es! Amo! Ahora tendrás Paz y terminadas sus palabras rompió el cuello de Enrique como tú o yo rompemos un palito de fosforo. Ahora soy libre dijo la bestia y se deshizo como el humo.

Al día siguiente la madre de Enrique preocupada por su hijo noto que algo no estaba bien, no bajo al desayuno, ni respondió ninguno de sus gritos, al comienzo no lo fastidio, debe estar cansado pensó ella, que duerma se dijo a sí misma, pero ahora sabia que algo estaba mal, luego de mucho esfuerzo logro forzar la puerta y entrar, vio a Enrique aun acostado en su cama, arropado como cuando era un niño pequeño pero estaba muerto, pálido y con una expresión de sorpresa en el rostro, al lado de su cama un libro y en la pagina estaba subrayado con algo negro y de hedor insoportable NADIE ESCAPA DE SI MISMO.