Fratis in lege

Cuando era un niño siempre quise tener un hermano mayor, pero un hermano mayor que mi hermana para que la democracia familiar funcione, una familia de 4 personas raras veces llega a acuerdos, siempre terminados en 50 y 50 y ahí comenzaban nuestras discusiones. Un quinto integrante podría resolver las diferencias.

Imaginaba alguien que me enseñe a jugar trompo o jugar football o esas cosas que los hermanos mayores deberían enseñar, pero no! era imposible que yo tenga un hermano mayor.

Cuando mi hermana se caso, yo adquirí el nuevo título de cuñado, pero era un “termino” lejano y esquivo pues no lo conocía. Y cuando lo conocí por primera vez lo veía poco pues yo trabajaba de noche y dormía durante el día.

Sin embargo esta vez fue diferente, pude pasar más tiempo con mi nuevo “hermano legal” es decir mi cuñado, me cae bien!  Compartimos algunos gustos (star wars y los zombies) y tiene un sentido del humor muy fino! Jejejeje

Además claro está que el hombre es un santo! Mira que tener que lidiar con mi hermana, que yo la quiero mucho! Pero sé que cuando jode! JODE!!! Jajajaaj la conozco de toda mi vida!

Cuando nos despedimos, no sabía cómo hacerlo, quería decirle que le vaya bien! Que lo iba a extrañar, pero se me quedaron las palabras atoradas en la garganta, así que mi despedida fue un tanto informal, le pedí que me enseñe a manejar el skype! (que de verdad no se manejar) y cuando me iba caminando empecé a sentirme triste por su partida, eso solo quiere decir una cosa! Yo quiero mucho a mi hermano mayor!

Me imagino que el pobre debió sentirse apabullado por la diferencia entre las familias americanas y las latinas pero se ha ganado un espacio en nuestra familia!!