Afeitandome!!

Hay etapas en la vida de uno que marcan un antes y un después! Con esto del día del padre recordé un detalle en el que mi padre estaba ausente.

Cuando uno crece le salen pelos donde antes no había, me refiero a la pelusilla que le sale a uno, esos pelillos que con el tiempo se convertirán en el bigote. Yo tendría 14 años más o menos cuando un buen día mi madre me hizo un regalo! ¡Mi primera máquina de afeitar!

Era una de color verde, doble hoja y de cabezas intercambiables, me parecería lo mas chévere del mundo! Ya me iba a afeitar!

Siempre pensé que sería mi padre el que me la daría, que me enseñaría como afeitarme, nada de eso ocurrió, tuve que hacerlo yo mismo. Había leído en un libro de Sofocleto (Manual del perfecto deportado) que la barba debía estar en remojo antes de la afeitada y de preferencia con agua tibia.

Así que seguí a pie juntillas todas las indicaciones que leí, el resultado fue magnífico nunca me he afeitado tan bien como en aquella ocasión, recuerdo que baje a tomar el desayuno y mi mama me miro raro, Connie mi hermana se mato de risa en mi cara, me señalo y mi mama de un manazo le quito las ganas de seguir burlándose.

No me había dado cuenta que al afeitarme, lo único que había hecho es recuperar mi cara de niño! Pasarían muchos años para que se forme la mancha verdosa en mi barba, todos me fastidiaban, AAAH ya te afeitaste! Me decían mientras me señalaban, solo encontré comprensión entre mis amigos del colegio a los que les pasaba lo mismo en sus casas.

Las mujeres siempre dicen que quisieran que los hombres tengan la menstruación para que sepan lo que es “bueno”, pero créanme nosotros no nos la llevamos fácil con esto de la afeitada! Imagínate cortarte la cara todos los días, TOOOODOS los días!! A veces es una joda!