Trujillo en ciernes!

Cuando era un joven bachiller fui invitado a dictar un curso de actualización a farmacéuticos de Trujillo, fue una experiencia muy buena para mi, aquel viaje está plagado de recuerdos y es lo que quiero compartir.

Trujillo tiene una fama de ser una ciudad insegura y esa fama no es gratuita, el colegio de  farmacéuticos de Trujillo pago un hotel muy bueno para mí, uno lujosísimo pero Yo había quedado con unos amigos pasar tres días mas en Trujillo para conocer, las ruinas y la ciudad, así que aquel domingo abandone aquel lujoso hotel para instalarme en uno más adecuado a mi pequeño presupuesto.

Tome un taxi y le dije al amable Taxista, por favor necesito ir a un hostal o motel que se bonito y barato y me subí, el taxista me llevo por una vuelta inmensa que me dio la impresión que deseaba asaltarme, pero finalmente se estaciono delante de una quinta pintada de blanco, con rejas negras y paredes altas, en cada puerta había un macetero con geranios blancos y rojos, la vereda empedrada le daba un toque rustico y bonito, pague al taxista y este salió disparado.

Hable con el conserje, la habitación estaba 10 soles, el precio me pareció baratísimo, así que no lo pensé dos veces, me dio la llave y camine rumbo a mi habitación, era la penúltima habitación del lado derecho. Cuando abrí la puerta me di cuenta el porqué era tan barato, un catre maltrecho, unas cortinas sucias y el piso lleno de polvo, la taza y el lavabo estaban asquerosos. Me calme a mí mismo, que cosa quieres por 10 soles me dije en voz alta. Tire mi mochila a la cama y una nube de polvo me hizo estornudar.

Me lave la cara y Salí rumbo a la plaza de armas de Trujillo y me di cuenta que el hotel lujoso donde estaba hospedado estaba a dos cuadras, el taxista me hizo el huevon!!, no le di importancia así que cene y fui a misa (no hay mucho que hacer un domingo por la noche) y cuando volví a mi “hostalito” me lleve la sorpresa de mi vida. Los focos que había encima de cada puerta de la quinta eran de color rojo, las paredes blancas se veían ahora rosadas, y en el marco de cada puerta había una puta parada! Cuando saque mi llave una de “ellas” (no sabría precisar si era hombre o mujer, no quise acercarme) me dijo Papi ven conmigo.

Yo me metí volando a mi habitación, saque mis cosas y me regrese al hotel donde había estado la noche anterior!