La peluqueria

Yo soy asiduo concurrente de una peluquería! Voy ahí desde que me sentaba en el caballito!! Ha cambiado con los años, pero el cambio más grande ocurrió recientemente.

Recuerdo las primeras veces que me llevaba mi mama, casi arrastrándome, no me gustaba cortarme el pelo, era una tortura, la comezón de los pelillos, el ardor del alcohol sobre la piel, nada de eso me gustaba.

Los que trabajaban ahí eran los barberos, usan navaja y una correa de cuero para sacar el filo, eran los que te cortaban el pelo tipo militar, los hombres no podíamos escoger peinados como en estos tiempos.

Recuerdo que deje de ir, porque uno de los tipos que me corto el cabello fumaba y tomaba cerveza mientras me atendía, yo estaba aterrorizado y no sé porque no dije nada, pero deje de ir por varios años.

Luego de haber recorrido varias peluquerías volví al mismo sitio, el local había cambiado, era más acogedor, había plantitas y los barberos eran más jóvenes y todos uniformados, ya no eran las paredes y mayólicas blancas que simulaban una ducha gigantesca, ahora había un televisor en las pared y espejos por todos lados.

Luego de un buen tiempo, empezaron a atender mujeres en el segundo piso y los hombres quedamos en la planta baja. Los peluqueros eran diferentes, había uno que tenia cola de caballo que le llegaba a la cintura, parecía un rockero, un viejito bonachón al que nadie acudía porque parecía más muerto que vivo y dos tipos que siempre paraban discutiendo de política o de novelas.

Hace dos días me corte el cabello y debo decir que en todos estos años que frecuento esta peluquería es la primera vez que me atiende un gay, llegue y me senté donde siempre me siento. El tipo salió y me saludo y su caminada quebrada lo delato en el acto.

Respondí su saludo y dije lo que siempre digo al peluquero, “solo córtame un poco, no lo quiero muy pegado” y nada más, es todo lo que digo en la peluquería, la verdad que me aburre cuando el que me atiende me busca la conversación, respondo en monosílabos y el peluquero entiende que no me gusta hablar.

Pero este no era como los demás, cuando me senté caminó alrededor mío, sujeto su codo con la otra mano mientras mordía su peine, mirándome como un alfarero mira el barro con el que moldeara una vasija, ¿Quién te ha cortado el cabello ñaño? Yo casi me muero de risa, su voz amanerada me causo mucha gracia, solo levante los hombros, no sé el nombre del peluquero del mes anterior, esto yo te lo arreglo y así fue, tijereteo aquí y allá, masajeo, midió, calculo y luego de un rato termino, evite la colonia y el alcohol como siempre, de aquí me voy a la ducha así que no es necesario le dije, como quieras ñaño me respondió.

Hoy es la cuarta vez que me dicen que mi corte me “asienta” así que supongo que el patita hizo bien su trabajo! Jajaja creo que ya tengo estilista! jajajaja