Es que yo me fijo en
cada cosa!.
Hoy salía del banco luego de pagar mis deudas y un chico de unos 13 años se acerco a mí y con un rostro suplicante y un acento andino indisimulable me dijo “Señor le lustro por favor”.
Hoy salía del banco luego de pagar mis deudas y un chico de unos 13 años se acerco a mí y con un rostro suplicante y un acento andino indisimulable me dijo “Señor le lustro por favor”.
Yo debo confesar que
odio lustrar mis zapatos y que siempre lo hago de mala gana. El trabajo de los
lustrabotas me parece digno, pero siempre evito el usar sus servicios porque me
siento extraño, es una sensación difícil de explicar, pero hare un intento.
El trabajo del
lustrabotas es muy sencillo y humilde, limpiarle el calzado a otra persona
requiere unas grandes dosis de necesidad y mucha humildad para hacerlo. Es casi
como una esclavitud alquilada, como la de cualquier trabajador dicho sea de
paso.
Y es por eso que a
veces rehúso usar sus servicios, la mía aunque no la parezca es una vocación de
servicio y es algo que me gusta hacer, usar mis habilidades para ayudar a los
demás, me gusta servir y si puedo evito ser servido. No es un alarde de falsa
humildad es solo lo que pienso y siento. No sé cómo explicarme bien, sé que me
enredo con mis palabras.
Pero al ver el rostro
suplicante de ese niño, lo mire y en su carita vi al niño que un día fui, al
niño que podría ser mi sobrino o el hijo de cualquier persona y vi en su carita
el hambre y la sed, Gracias le dije y ahí en medio de la vereda bajo un aparato
de madera que colgaba de su hombro.
Primero un trapito
húmedo, para sacar el polvo, luego con precisión calculada producto de la
constante practica una finísima capa de betún y luego una lustrada que me hacia
cosquillas en los pies. Ya eran casi las once y el sol nos achicharraba a todos
por igual. En esa pelusilla que con el tiempo se convertiría en su bigote
habían acumuladas muchas gotas de sudor, al abrir mi canguro vi que estaban
allí las barras de cereal que uso para engañar el hambre, le pague con una
moneda de 5 y le pedí que se quede con el vuelto. Toma le entregue las tres
barritas de cereal y con sonrisa increíble me dijo gracias señorssshhhh con un acento
andino que hace tiempo no escuchaba.
Camine
unos pasos y voltee para grabarme en la memoria a ese niño y vi que otro más
pequeño que se le acercaba debía ser su hermano menor porque eran igualitos,
desesperados abrían los sobre de cereal y los mordían, me dio tristeza, escucho
en las noticias hablar de la inclusión y la lucha contra la pobreza, recuerdo
la atragantada que me di hace pocas horas en el desayuno y no puedo
más que sentir vergüenza.
A mí me sucedería lo mismo, me sentiría igual de violento que tú... no por el limpiabotas, digno como cualquier otro, sino por esa sensación incómoda de estar en plan señorito, humillando a otro ser humano, aunque, como tú, nunca dejaría de aceptar por ayudarle, incluso le daría el dinero, directamente, sin dejar que me limpiara... Eres un buen ser humano, y una excelente persona, posts como éste, me lo demuestran día a día...
ResponderEliminarObservatorio Gay Granatense : muchas gracias. Que sensacion de impotencia siento, mientras a pocos metros, niños "bien" exijen a sus padres que les compren el ultimo galaxy porque sus amigos lo tienen. aaaah que coraje que todo sea tan desigual.
ResponderEliminarFue mejor que aceptaras que te lustrara los zapatos a regalarles el dinero por lo menos se sintieron bien de haberse ganado el dinero.
ResponderEliminarUn abrazo.
En mi caso por ser mujer no uso zapatos "muy lustrables" a menos que sean botines, pero cuántos de esos niños no he visto en mi vida, realmente es triste. La Malquerida tiene razón, tampoco podemos dejar que piensen que todo será *gratis* por su cara de tristeza o sentimiento de pena que se pueda sentir hacia ellos. Pero también se deben buscar maneras para ayudarles a tener un oficio que los ayude a crecer y no sólo para ganarse un par de panes al día. Esa inclusión social de la que tanto se ha hablado se debe poner en marcha ¡YA!
ResponderEliminarSaludotes :)!
cuando tenia 15 años y salia de mi pre, un lustrabotas se me acerca y me dice 50 centimos, rapidito nomás, porfavor.
ResponderEliminarle digo que ya, cuando termina, le doy los 50 cent y me dice molesto achoradazo, son cuatros soles con cincuenta centimos.
yo ¿ahhh?
le tuve q pagar nomás, porq el cholo era mas grande que yo.
Fin
Yo esa experiencia la tuve en Mexico parecida. Una acepté voluntariamente... y otra no. Pero es verdad que la sensación no me resulta placentera, más bien desasosegante.
ResponderEliminarViajando por el mundo me he encontrado con muchos niños que tienen que trabajar para pader ganarse la vida y casi siempre intento ayudarles ya sea contratándolos como guía, comprandoles libros de estudio o comprandoles collares o baratijas que no me hacen falta para tener una excusa para darles algo. Por por desgracia son tantos...
Un beso (de otro niño)
Es extraño, a m me pasa todo lo opuesto.
ResponderEliminarPrimero, me encanta, me fascina lustrar mis zapatos. Cuando ando con los zapatos sucios siento como si no me hubiese duchado semanas. Es insoportable.
A pesar de eso, casi muy pocas veces los lustro. Dejo ese trabajo para los lustrabotas. Privarme de ese extraño placer me hace sentir que por muy poco puedo ayudar a alguien.
Saludos.
Si se siente raro pero siempre los he rechazado.
ResponderEliminarEn estas epocas vienen de la sierra traidos por pendejos que los hacen trabajar, en fin es otro tema.
la MaLquEridA : si, creo que tampoco es cuestion de regalarles el dinero, pero aun asi me parece injusto que niños tengan que trabajar.
ResponderEliminarDaria : Yo usualmente no entrego dinero a los que suben a los carros a pedirlo, pero debo de reconocer que me da mucha pena los viejitos y los niñitos.
Damian: jajajaja Damian a ti te pasa cada cosa! ya contarte algo parecido que me sucedio de niño!
Parmenio: que pena ver que esto se repite como una constante en todo el mundo!
Oscar C. OKIPERU ®: jajajaja que copntradictorio, te gusta hacerlo pero no lo haces, me imagino es la falta de tiempo!
[Maxwell] : si, los traen como ganado para abusar de sus fuerzas o peor aun, abusar de ellos sexualmente.
Nunca me ha gustado lustrarme los zapatos en la calle, no me es cómodo, y más por la posición. Siento que estuviera sometiendo al niño lustrabotas, no sé. Es una percepción que tengo desde hace ufff
ResponderEliminarPequeña Biatch: pues si es exactamente lo que siento! eso es lo que no sabia como explicar jejeje Has expresado en breves lineas lo que queria decir. Gracias!
ResponderEliminarA mí tampoco me gusta, además es algo que prefiero hacer yo mismo. Soy muy celoso de mi espacio y que me hagan ciertas cosas, lejos de agradarme, me incomoda.
ResponderEliminarBesos.
Christian Ingebrethsen : jajaja pensamos igual!
ResponderEliminarAy qué lindo Gary, se me hizo un nudito en la garganta. A mí tampoco me ha gustado que me lustren los zapatos en la calle, me da cosita ver esas caritas tan humildes. Tan chiquitos y ya tienen que hacerse cargo de sus hermanitos, es una pena que no puedan llevar la vida de un niño :0(
ResponderEliminarBesitos!
ResponderEliminaryo tampoco soy muy que me hagan esos trabajos de boleo y demas, ademas suelo usar tenis ajja. pero ultimamente me hice amigo de un grupo que precisamente hacen eso y pus, mientras ellos me platican me bolean-lustran los zapatos
ResponderEliminarSi lo piensas es injusto que te sientas mal al comer sólo porque hay otras personas sin comer. Tú no eres el responsable ni vas a salvar al mundo dejando de alimentarte. Más estoy de acuerdo con tu acción, ayudar a los otros permitiendo que trabajen (aunq tmb para mis sea incómodo) lustrando tus zapatos o vendiendo golosinas. Lo ideal sería que ni tuvieran que trabajar pues son niños, pero con el Gobierno que tenemos, lo mejor es darnos la mano.
ResponderEliminarSaludos!
Mina Treintañera : a mi me paso lo mismo, me dio pena. Pensar que hay tantos niños que no tienen todas las oportunidades que merecen.
ResponderEliminarPancho: habia olvidado ese termino, bolear! jejeje que raro suena.
Munani : entiendo tu punto de vista, es que me da mucha pena pobre muchachos.
Cierto, en algunos casos Gary, yo pienso como tú y haría lo mismo. También vi en la tele como una limpiabotas en NY, en unas oficinas financieras cobraba entre 6 y 8 dólares por par de calzado y eso lo realizaba en una sola planta a un montón de trabajadores. Se pasaba por allí dos veces por semana, un pastón. Por eso que hay limpiadores y limpiadores.
ResponderEliminarBonito post, nominado!
Bicos Ricos