Todos
lo conocían como el de la escoba. Nadie lo conocía como Santo, pues
nadie había visto a un santo negro.
El
amor existía entre ellos pero Don Juan prestaba oídos al que dirán de la gente,
así pues se cuido muy bien de no reconocer a Martin y a la pequeña Juana. Sin
embargo con el tiempo y por el amor que sentía por Ana termino reconociéndolos
e intentó llevárselos a Guayaquil donde trabajaba y vivía con su familia, Juana
que no heredo el color de su madre fue recibida con los brazos abiertos, por lo
que Ana y su primogénito regresaron a Lima.
Al
volver a Lima no tuvieron más remedio que instalarse en Malambo, la zona más
pobre de lima, donde vivían esclavos y gente más pobre que ellos, así pues
Martin tuvo que ayudar en el sustento, barriendo calles o lavando ajeno.
Un
buen día en el mercado vio a un hombre con una nariz roja e inmensa llevando
bultos en una pequeña carreta, una naranja cayo de ella y resbalo hasta los
pies descalzos del joven Martin, este la cogió y corrió para devolverla ya que
su honradez era más grande que su hambre, sus pies descalzos se desplazaban con
rapidez en la calle empedrada esquivando con gracia la bosta desperdigada en el
piso. Aquel hombre empujaba su carreta con una rapidez increíble para alguien
de su edad.
Martin
lo alcanzo justo antes de doblar la esquina, con su voz de niño le tendió la
naranja mientras le decía Señor se le cayó,
Mateo Pastor que estaba perdido en sus pensamientos volteo para ver a un
mulatito cabezón y risueño que le tendía la naranja, lo examino de pies a
cabeza extrañado por el hecho de que le devuelvan la naranja. ¿Cuál es tu nombre Mulato? pregunto de manera
tan tosca que asusto un poco al pobre negrito Martin
de Porres respondió con una voz amable. Lo
que has hecho lo hacen pocas personas dijo mirándolo de arriba a
abajo, así que si deseas podrías trabajar
conmigo, pregúntale a tu madre si está de acuerdo. A Martin se le
dibujo una sonrisa en el rostro con esos dientes tan blancos que iluminarían a
los enfermos en el futuro, Mateo saco tres naranjas del cesto y se las entrego Toma comparte con tu madre, los espero mañana temprano.
Al
día siguiente Martin arrastro a su madre durante todo el trayecto, no quería
llegar tarde, Mateo Pastor el boticario les abrió la puerta y los invito a
pasar, unos estantes de madera cubrían todas las paredes de la habitación y en
cada estante había frascos de vidrio y en su interior había plantas, animales
muertos y otras cosas que llamaron la atención de Martin, el ambiente estaba
perfumado por la menta, la Madre se persigno y se despidió de su hijo con un
beso en la frente.
Lo
primero que hacia Martin en la mañana era coger la escoba de paja y barrer cada
resquicio, en poco tiempo aprendió el nombre de las plantas que curan, como
mezclarlas para convertirlas en medicamentos y fue así como comenzó su carrera
de Boticario lo que paso después lo contare otro día…
San
Martin de Porres es el patrono de los Farmacéuticos
Algo habia oido de este santo. Reconozco que tengo devocion por las vidas de santos y sus milagros, ya sabes de mi vocacion hacia la santidad, asi que una vida mas que he aprendido. Gracias
ResponderEliminarQue fuese patrón de los farmacéuticos no lo sabía. Pero me está gustando, que estás contando muchos detalles que no salen en una biografía de estas rápidas que solemos leer por internet. Yo por San Martín de Porres tengo cierta devoción, es que ver, como dices, un santo negro llama mucho la atención.
ResponderEliminarBicos Ricos
Veo que la escritura con cliffhunger de los best sellers está llegando también a las vidas de los santos jajaja, que nos has dejado con ganas de saber que fue del pobre Martín.
ResponderEliminarUn beso (santificado)
Mi madre es devota de San Martín.
ResponderEliminarJFL : jejejeje espero seas beatificado pronto y que podamos sacarte en procesion jejejejeje
ResponderEliminarPimpf: Si, patrono delos farmaceuticos!!
Parmenio: jajajaja si, vere que mas puedo explotar de sus milagros.
Brekiaz. Mi papa tambien!
No sabía que era el patrono de los farmacéuticos O.o! qué monga.
ResponderEliminarEspero más de la historia, no te vayas a olvidar de seguir el relato.
saludotes :)
Qué forma más chévere de contar la historia.
ResponderEliminarSaludos.
Otra cosa más a saber porque no sabía ni quien era :S jaja ya que yo el tema de santos y todo lo relacionado con la religión no es que vaya mucho conmigo....jeje ¡que majo el mulatito!ains...además me lo imaginé en ese momento de sonrisa y tenía que estar para comérselo a besos!^^
ResponderEliminarun abrazooooooooo
San Martin es lo maximo lo sé, lei que para canonizarlo le cambiaron el POrras por POrres.
ResponderEliminarDaria : intentare continuarlo, martin da pie para escribir muchas cosas sobre el.
ResponderEliminarOKIPERU ®: te gusto? que bacan!!
єℓ ρяιи¢ιριтσ...!*: jejeje al mulato me lo imagino como a un compañero de trabajo que tiene madera de santo jajajajaja
Damian: Es cierto, San Martin de Porras sonaba feo jajaja
¡MULATO...! Siempre creí que Fray Escoba era negro.
ResponderEliminarYo también le tengo mucha devoción; desde que, de pequeño, mi madre me trajo una medallita; cuando la llevaba en el monedero nunca se me vaciaba. ¿Dónde habrá ido a parar esa medallita? ¡lástima que en las anotaciones en cuenta no se pueden añadir medallitas!
La cantidad de Santos y buenas personas que hay tras los rostros que cada mañana vemos pasar, eso si, también hay mucho demonio tras algunas sonrisas. Al final, hasta que no conoces a la persona bien bien, no sabes como es su corazón, y hay veces que te llevas unas sorpresas, jajajaja.
ResponderEliminarUn beso
http://www.youtube.com/watch?v=1HGg8u37sdc
ResponderEliminarEl primer santo del Nuevo Mundo, no sabía que era el patrón de los farmacéuticos; sí, que tenía el don de la hubicuidad.
betulo : pues aunque era de tez morena, dicen que no tenias muchas facciones de alguien de raza negra. Aqui en peru ponen lentejitas en la sencillera para que el dinero no se vaya facilmente.
ResponderEliminarKotei: pues si! caras vemos corazones no sabemos.
Betulo: jejeje si que chevere ese Don! yo le sacaria mucha ventaja!!! jejejeje
Betulo: buaaaaaaaaaah ! yo vi esta pelicula de niño!!!!
ResponderEliminarNo sabía el por qué de la escoba de San Martín , no hay duda que cada día se aprende algo nuevo.
ResponderEliminarUn beso Gary.
Cuando ya tenía fama de milagrero su superior dominico le prohibió hacer milagros, un día iba por la calle, haciendo su ronda de pedigüeño, un albañil se cayó de su andamio y dijo "¡MARTÍN, sálvame!" y él le respndió, no puedo, el superior me lo ha prohibido, y se fue a perdir permiso a su superior, al rato volvió, con el permiso concedido y misteriosamente el albañil seguia allí, flotando en el aire, y entonces descendió cuidadosamente hasta el suelo.... es una anécdota, pero nos habla de la humildad y la obediencia de un religioso... Felicidades a los farmacéuticos...
ResponderEliminarla MaLquEridA ; era un tipo muy humilde, el mulatito Martin.
ResponderEliminarObservatorio Gay Granatense : sip esa anecdota es una de mis favoritas.
y con Santa Rosa eran patazas!!!
ResponderEliminarAsí sí da ganas de leer, excelente forma de contar parte de la biografía de este santo.
ResponderEliminarFelicitaciones Gary, escribes muy bien.
Me quedo intrigada por la continuación de la historia, gracias Gary.
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